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JOSÉ CURA - TENOR

"También la ópera pasará por Internet"

Jesús Ruiz Mantilla

José Cura quiere ser el tenor de las nuevas tecnologías. Ya se le ha visto por Internet cantar una Aida desde la Arena de Verona, y ahora ha participado en una experiencia televisivo-fílmica para la RAI, con La traviata. El resultado se ha retransmitido en más de 127 países en directo, y ahora aparece la versión discográfica, que ha dirigido Zubin Mehta. "La ópera es una expresión artística carísima y su futuro está atado a las nuevas tecnologías y a Internet. Hay que probar las posibilidades de ese camino desde ahora, aunque no sepamos hacia dónde nos va a llevar", asegura el cantante argentino.Cura no para. Tiene en Madrid a su familia y a veces hace un alto en el camino para encontrar el descanso del guerrero. Está más que lanzado, es un tenor atrevido y aunque despierta pasiones a favor y en contra, a él lo que le va es desafíar al futuro como un caballero jedi. Busca caminos y, además, artísticamente, también se quiere arriesgar.

En diciembre cantará en el Teatro Real Il trovatore, una ópera de Verdi de la que actualmente se encuentran muy pocos montajes porque requiere cantantes de condiciones más que especiales. Cura lo hará. Pero no por chulería, según él. "Me lo propusieron y lo acepté. Así de fácil", comenta.

De todas formas, ya avisa antes de que se le echen encima los puristas: "No daré el famoso sobreagudo del aria Di quella pira, que vayan preparados, que nadie se engañe". Las razones para Cura son fáciles de entender: "Primero, no soy un tenor con las características que se requieren para hacerlo y, segundo, no está en la partitura". Cierto. Pero esa nota se ha ido implantando en la tradición de la ópera hasta tal punto de que hay teatros en los que si no se da, no se canta, como es el caso de la Scala de Milán, donde, precisamente, se estrenará una versión de esta magistral pieza de Verdi un día antes que en Madrid.

No basta que a Cura se le recuerde que los grandes intérpretes de esta obra -Mario del Monaco, Franco Corelli o más recientemente Luciano Pavarotti- lo han entonado. Él es tajante: "No lo haré. Y punto".

Cura parece querer ser el referente del tenor verdiano en su generación. Para probarlo va a cantar Il trovattore; ha representado en Madrid, en la temporada pasada Otello; reconoce Don Carlo como una de sus óperas favoritas; va a sacar a la calle un disco de conmemoración del centenario de la muerte del gran Verdi, con arias que ha cantado y dirigido él, en otoño y lanza ahora La traviata para los calores. "A mucha gente no le gusta esa afirmación, yo puedo confesar que uno hace las cosas lo mejor que puede y en todas mis metas primará la honestidad", cuenta.

Para afrontar el personaje de Alfredo Germont, Cura no ha querido romper moldes. "El máximo referente de este personaje para mí es Alfredo Kraus. Yo no encajo en el perfil tradicional de la manera de ver La Traviata y, por otra parte, sería una falta de educación tratar de imitar a Kraus, así que he intentado acercar el perfil de Alfredo a mi forma de cantar sin intentar descubrir la pólvora".

En lo que sí pretende ser pionero Cura es en romper barreras de un arte que tiene que buscar públicos y salidas para el futuro. Aida, que se retransmitió por Internet , en directo, se vio en millones de hogares. Y por eso ha aceptado formar parte de esta experiencia, junto a la soprano rusa Eteri Gvazava, con La traviata en televisión, que ha sido retransmitida a 127 países en cuatro escenarios naturales de París y costó 1.900 millones de pesetas.

"La ópera es la forma de arte vivo más cara que existe hoy. Hay que pagar el mantenimiento de los teatros, a 80 músicos, coros, cantantes, es un gran elefante sobre el que sigue pendiente el debate de su financiación; por eso creo que hay que probar nuevos caminos que la mantengan viva, aunque mucha gente, entre los puristas, se escandalice de ciertos métodos, como ha pasado con esta Traviata o con los Tres Tenores, que, para mi gusto, funcionó una vez y ahora haría falta revisarla", asegura el artista. "El mundo vive una revolución muy grande y debemos sumarnos a ella desde el espectáculo. Todas estas fusiones entre gigantes del entretenimiento y la comunicación van a dar lugar a algo grande y debemos estar ahí".

Cura cree que desde los pueblos latinos se debe agarrar este tren. "Todo este panorama han empezado a montarlo los anglosajones, y quizás por una vez, nosotros, los latinos, podamos montarnos en ese tren, evitándonos los errores que han cometido ya los que primero se han apuntado a esta carrera", afirma Cura.

Y, en el camino, el cantante también afirma haber disfrutado de sus hobbies, como es el caso de la fotografía, a la que ha dado rienda suelta durante la preparación de La traviata junto a Vittorio Storaro, que era el encargado de poner la cámara en el sitio correcto y que ha dado todo un curso intensivo a Cura sobre los secretos de este arte. "Storaro es un genio de la fotografia. He disfrutado muchísimo a su lado y he utilizado un montón la cámara. Quién sabe, a lo mejor publico un libro de fotos sobre la trastienda de esta experiencia".

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Sobre la firma

Jesús Ruiz Mantilla
Entró en EL PAÍS en 1992. Ha pasado por la Edición Internacional, El Espectador, Cultura y El País Semanal. Publica periódicamente entrevistas, reportajes, perfiles y análisis en las dos últimas secciones y en otras como Babelia, Televisión, Gente y Madrid. En su carrera literaria ha publicado ocho novelas, aparte de ensayos, teatro y poesía.

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