El Gobierno pretende reflotar Coosur antes de privatizarla de acuerdo con el sector aceitero
El Estado es el propietario del 83,7% de las acciones de la empresa jiennense
El Gobierno no quiere tener en sus manos Coosur, empresa aceitera ubicada en Jaén que acumula pérdidas a lo largo de los últimos años. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, quiere que el futuro de esta industria se decida con el sector oleícola y su intención es reflotarla antes de iniciar el debate sobre sus próximos propietarios. En 1999 Coosur facturó 11.600 millones de pesetas, según datos que facilitó la Delegación de Agricultura de la Junta, y en su cuenta de resultados se mantuvieron los números rojos, que llegaron a 987 millones.
Lo único que tiene decidido el Gobierno es que Coosur se va a privatizar. Ahora quiere perfilar el cómo y el cuándo. Para hacerlo Cristóbal Montoro ha puesto al frente de Alycesa -una empresa del Estado que gestiona sus participaciones en el mundo del aceite- a Teófilo García, al que ha rescatado de la Subdelegación del Gobierno de Jaén para que se ocupe de las conversaciones con el sector y para intentar sanear la cuenta de resultados. García va a hacer "una gestión empresarial estupenda, sirviendo a los intereses del sector olivarero" en palabras del ministro de Hacienda.El PSOE no está a favor de la privatización de esta empresa, pero si ésta es la intención de sus propietarios, quiere que sea escuchada tanto su voz como la de la Junta de Andalucía. Coosur es propiedad del Estado, que posee el 83,77% de las acciones, y cuenta con la participación de Unicaja, con el 10,77%, y de la Junta, con el 5,46%, a través del Instituto de Fomento de Andalucía.
El portavoz socialista en temas agrícolas en el Parlamento, José Pliego, advierte de que su grupo no le tiene miedo ni a la palabra ni a lo que significa la privatización, aunque pone como condiciones que se mantenga la producción en Jaén y que permanezca la actividad comercializadora. Un sector productor que está "en mantillas", en palabras de Pliego, no se puede permitir perder una oportunidad como la que representa Coosur.
Visión pesimista
Juan Lanzas, secretario regional de Alimentación de UGT, tiene una visión pesimista. Cree que no hay ninguna opción buena para la industria, que en Jaén cuenta con las plantas de Vilches y Baeza. Lo primero que hará el sindicato será dirigir una carta a Montoro para saber si van a contar con ellos ante el proceso que se abre. UGT tiene clara su postura: "No es el mejor momento para privatizar". Si se llegase a vender a las cooperativas, Lanzas augura que Coosur se cerraría en dos años, simplemente teniendo en cuenta la situación en la que está el mercado oleícola.
En el debate también participa Izquierda Unida proponiendo que Coosur se convierta en el instrumento de comercialización de los aceites andaluces. José Cabrero, senador de la federación de izquierdas, defiende que sea el propio sector el que se haga cargo de la empresa manteniendo una participación el sector público. En su opinión, sería un error desperdiciar la cuota de mercado que ya tiene la marca, conocida por una importante franja de la población.
Esta industria aceitera tiene una cuota de mercado algo superior al 5%, lo que hace que se sitúe ya por debajo de competidores como Aceites Toledo, una empresa a la que siempre se nombra cuando surgen los rumores de privatización. Públicamente, se han postulado como posibles compradores la sociedad sevillana Aceites del Sur y Mundoliva, un grupo configurado por cooperativas de Jaén con el auspicio de la Junta de Andalucía.
"El futuro de Coosur lo va a decidir el sector", aseguró Montoro en mayo. Lo que no ha aclarado es si esta industria se ofrecerá a los productores de aceite antes de hablar con otras empresas. "Déjenme que lo vayamos hablando", respondió a esta pregunta cuando se la hicieron desde Jaén los medios de comunicación. Sólo añadió que los problemas del sector olivarero exigen que se tenga en cuenta "la definición de sus intereses antes de tomar cualquier decisión".
En Coosur se han invertido en los últimos años 3.200 millones de pesetas. Para intentar reflotar esta heredera de la antigua Uteco se ha ejecutado un plan social que supuso una reducción de plantilla, se construyó una planta de cogeneración en la factoría de Vilches y se prevé otra en Baeza. José Pliego cree que estos datos, puestos de manifiesto la semana pasada en el Parlamento, son suficientes para que el Ejecutivo de Aznar mida mucho todos sus pasos antes de tomar decisiones que puedan acabar con la bandera de la industria aceitera de Jaén.
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