El Festival Imago 2000 se dedica a la 'narración suspendida'
Imago 2000, encuentros de fotografía y vídeo de Salamanca, dedica su quinta entrega, a través de encuentros y exposiciones, a las relaciones entre los soportes del vídeo y el medio fotográfico. El tema propuesto es La narración suspendida. Es un festival de la imagen que se celebra en Salamanca con periodicidad anual, y con una amplia oferta en su programación (cuenta con catálogo muy especializado, bien diferenciado del resto de ofertas similares: los RIP de Arlés, la Primavera Fotográfica de Cataluña, PHotoEspaña...), básicamente se articula en dos apartados. Por una parte, con una serie de exposiciones repartidas en espacios familiarizados, desde hace años, con el medio (Palacio de Abrantes, Patio de Escuelas, Casa de las Conchas, Museo de Salamanca, Palacio de la Salina) y, por otra, con la oferta de talleres (que se celebran del 2 al 8 de julio).
Entre los talleres destacan: Cuerpos fotográficos, impartido por Daniel Canogar; Se rueda el silencio, por Javier Codesal (sólo vídeo); El retrato fotográfico, por Humberto Rivas; La fotografía, cruce de caminos, por Javier Vallhonrat, y La imagen fotográfica en la construcción de espacios de memoria, dirigido por Ana Teresa Ortega. Organizados por el Centro de Fotografía de la Universidad de Salamanca, en colaboración con los promotores del evento Salamanca 2002, Ciudad Europea de la Cultura y la Junta de Castilla y León, cuenta con un presupuesto que ronda los 20 millones de pesetas.
Historia sin fin
Cada muestra viene acompañada de su correspondiente texto, encargado por la organización a especialistas en la materia: Joanna Lowry, Marcella Beccaria, Staci Boris, Simon Morrissey, Andreas Fiedler y Franck Larcade, entre otros. Todo lo expuesto participa del denominador común de un argumento inacabado: el de una historia que no tiene fin. Así, el tema central de este año gira en torno a la narración suspendida: "La narración dentro de la imagen fija, la que incorpora elementos habituales de la imagen en movimiento, y que se ha convertido en algo corriente en las prácticas artísticas que parten del soporte fotográfico", explican los organizadores.
Las exposiciones (12, en total) toman como punto de partida la construcción de escenificaciones, la teatralización de historias reducidas a un cliché, o un fotograma -si se prefiere-, de la progresión lineal de un relato al que resulta imposible colocarle un final: "Todo queda suspendido, y en esa suspensión se abren huecos en el sentido. Se trata de suspender la acción, de alguna manera en el vídeo; en fotografía, parecen imágenes sacadas de una película", explica Cristina Zelich, perteneciente a la organización de esta convocatoria. Entre ellas destacan los trabajos de Deborah Mesa-Pelly, (La Habana, 1968 ) Una extrañeza familiar: los viajes fantásticos de Deborah Mesa-Pelly.
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