Kiko Veneno explora otras sendas de rock y flamenco en su nuevo disco
"Yo no quiero, yo no quiero ser / de ninguna ONG / yo no quiero, no quiero sacar / el carnet de identidad". Así comienza Feos, una de las 12 canciones de La familia pollo, el último disco de Kiko Veneno, donde explora nuevas sendas en su territorio de rock y flamenco de siempre. El artista andaluz, que bebe los vientos por la generación del 27 y al que le repugna todo lo que huela a políticamente correcto, canta a los sentimientos con guitarras acústicas y baterías."La familia pollo es un título simpático que intenta enganchar a la gente. He hecho el disco en Sevilla, mi casa, con mi gente, con personas de confianza, entrañables. La familia pollo es algo familiar. Como una casa, como una familia que se ve reflejada con sus sentimientos", explicó ayer Kiko Veneno (Figueres, Girona, 1952). A los dos años estaba en Cádiz y a los nueve llegó a Sevilla, una ciudad con la que mantiene una relación apasionada, con todas las luces y sombras que las pasiones provocan. "Sevilla siempre ha sido para mí una ciudad un poco fantasma en la que nunca me he sentido integrado. Pero tengo buenos amigos aquí. La Sevilla oficial me da de lado. No me interesan sus arquetipos. Sevilla vive del pasado y eso tiene su punto de grandeza. Pero para una persona creadora e inquieta es una ciudad asfixiante", comentó.
La familia pollo es el primer disco que Kiko Veneno ha grabado en Sevilla. "La tecnología ha avanzado muchísimo. En mi casa puedo hacer maquetas digitales que suenan muy bien", indica. "Sigo profundizando en mis ritmos anteriores. Mi estilo se enmarca dentro del rock, el flamenco y la rumba. Le doy siempre vueltas a lo mismo. En este disco es muy importante la guitarra acústica, que nunca la había usado", dijo.
El contenido de la canción Feos se refleja en algunas de sus opiniones. "Pago impuestos, voto a los políticos y aguanto sus mamarrachadas para que hagan organizaciones gubernamentales. Los poderes públicos del Estado deben hacer justicia y solidaridad y no vergonzantes lavaconciencias como las ONG", afirmó. Veneno defiende que, "el hombre es fundamentalmente social y comunista. Hay que trabajar en equipo y no pisarle el cuello a los demás", concluyó.
Babelia
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