Un especialista considera que al trabajador vasco le falta formación para reciclarse

"El trabajador vasco tiene un nivel de competencias similar y, en algunos casos, superior al de otros países europeos. El déficit radica en que no tiene la formación básica necesaria para seguir reciclándose". Ésta es la reflexión del director del Instituto Vasco de Cualificaciones, Javier Mardones, quien reivindicó ayer en San Sebastián la necesidad de homologar en Europa las fórmulas para el reciclaje de los trabajadores para permitir su movilidad.

Mardones participó en el primer Congreso Internacional de Sistemas de Cualificaciones Profesionales en la Unión Europea que se celebra estos días en San Sebastián y realizó un análisis exhaustivo sobre la situación del País Vasco. El sistema de cualificaciones, cuyos tres primeros niveles se pondrán en marcha en Euskadi previsiblemente en el primer trimestre de 2001, supone en la práctica la concesión de un certificado a un trabajador que, sin estar en posesión de determinado título, pueda acreditar que tiene los conocimientos requeridos. "En Euskadi", dijo ayer Mardones, "tenemos un potencial de mano de obra impresionante que en su momento no pudo o no quiso estudiar y que, sin embargo, ha desarrollado por su desempeño profesional toda una serie de competencias. Eso hay que ganarlo. Es la única manera de optimizar los recursos que tenemos. No necesitamos tanto trabajadores sabios, sino competentes". La celebración de este congreso se produce en un momento en el que se debate si los trabajadores vascos están suficientemente cualificados. La patronal Confebask señaló recientemente que no se pueden cubrir 18.000 puestos por falta de empleados cualificados. "Hay que escuchar esa petición", señaló ayer Mardones. "Tenemos que tratar de atender a ese tejido productivo. Para eso se creó un observatorio, para detectar los futuros cambios y adelantar las respuestas. Pero no oculto que siempre existirá un ligero desequilibrio".

Mardones aseguró que la única diferencia del trabajador vasco con respecto a los profesionales de otros países europeos radica en la falta de una formación básica para su reciclaje; no en las generaciones jóvenes, pero sí en las que llevan años en el mercado laboral. "¿Hasta qué punto se le puede exigir a un trabajador que se forme para responder a las necesidades de una empresa que le tiene contratado en precario?" "Hay que fortalecer", respondió, "su situación laboral para construir competencias".

Homologación

Euskadi ha diseñado su propio sistema a partir de los modelos de otros países como Holanda. Los tres primeros niveles y en materias como fabricación mecánica u hostelería y turismo, sólo necesitan "el consenso social", según Mardones. "Pero sí estamos encontrando problemas", dijo, "en los niveles 4 y 5. Es muy difícil ir a la universidad y decir que puede existir un ingeniero sin pasar por la facultad".

El director del IVAC abogó en el congreso por la homologación de los sistemas en Europa. "Construir Europa supone romper con recelos, con ciertos corporativismos, pero es una obligación si queremos que la movilidad de los trabajadores sea una realidad".