La policía belga sospecha que los inmigrantes muertos en Dover fueron detenidos en abril
El Ministerio del Interior belga difundió ayer datos sobre un grupo de inmigrantes ilegales chinos, similar en edad y número a las 58 víctimas del camión de la muerte localizado el lunes en Dover, que salió del país en abril. Su presencia se descubrió en una casa de la ciudad de Puurs y, tras ser detenidos e interrogados, los servicios belgas de inmigración se limitaron a ordenarles que abandonaran el territorio Schengen (que elimina los controles fronterizos en varios países de la Unión Europea). "Los pusieron en un tren con rumbo a Amberes", señaló el portavoz belga.
La misma fuente teme que sean los mismos jóvenes chinos que murieron de asfixia en el camión localizado en el puerto de Dover, transportado el domingo por ferry desde el puerto belga de Zeeburge. [Es más, según la cadena televisiva británica Channel Four, otros ocho compatriotas de las víctimas intentaron subir a la caja del vehículo, pero finalmente se quedaron en tierra porque no había espacio suficiente para más personas, informa la agencia France Presse. Aún deben estar en el continente, según los inmigrantes chinos afincados en el Reino Unido, que temen tener parientes entre las víctimas].La policía británica dispone ya de un vídeo y huellas dactilares del grupo de 60 inmigrantes chinos que sus colegas belgas detuvieron en PuursDe acuerdo con el Ministerio belga del Interior, estos jóvenes "indocumentados no tenían ninguna intención de quedarse en Bélgica".Vídeos en BélgicaLas imágenes de vídeo recogen las caras sonrientes de unos chavales de aspecto oriental. Visten cazadoras de entretiempo, llevan el pelo corto y presentan un aspecto saludable. La cámara les sigue desde un autobús hasta el interior de una comisaría. Ellos saludan y vuelven a sonreír. Terminados los trámites policiales, los 60 immigrantes obedecieron la orden y se embarcaron en el tren hacia el puerto belga de Amberes. Viajaron sin escolta ni protección policial, y nadie sabe si llegaron a su destino. El Reino Unido no forma parte de la convención Schengen, y un portavoz belga se vio forzado ayer a negar que la medida aplicada supone, en la práctica, "endosar" a los sin papeles a sus socios británicos. Sin embargo, las relaciones entre ambos países se mantuvieron tensas durante toda la jornada. "Levanta cuestiones fundamentales sobre la eficiencia y efectividad del proceso", señaló ayer un funcionario británico a las agencias de prensa. La sospecha de que se trate del mismo grupo de personas se basa en que coinciden las edades, la proporción de varones y mujeres y su lugar de procedencia, en la provincia china de Fujian. Librados de las autoridades belgas, el grupo pudo recurrir a los traficantes que habían organizado su viaje y proseguir hacia su destino final, Inglaterra. No llegaron vivos; el refrigerador del camión donde se apiñaron fue desconectado, precisamente en uno de los días más calurosos del año. La elevada temperatura y la falta de oxígeno (la caja estaba sellada), acabó con las vidas de los inmigrantes. Por otra parte, el propietario del camión, un Mercedes, se entregó ayer a la policía holandesa tras permanecer tres días en paradero desconocido. Se trata de Arie Frederick Van der Speck, un joven de 24 años que registró una compañía de transporte el pasado 15 de junio en la Cámara de Comercio de la ciudad. Su apellido está impreso en la cubierta de su vehículo. Con el sistema refrigerador apagado y las puertas del contenedor selladas, tan sólo sobrevivieron dos de los 60 que iniciaron la travesía. La policía holandesa retiene también a otro hombre relacionado con los hechos y cuya identidad no se ha revelado. En Inglaterra está detenido el conductor del vehículo, bajo la sospecha de homicidio. La policía deberá presentar cargos o liberarlo antes del viernes. Su identidad también permanece en secreto.
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