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Tribuna:BILBAO 700 AÑOS
Tribuna
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La riqueza de Bilbao son sus hijos

Con motivo de cumplirse este año el 700 aniversario de la fundación de la villa, los medios de comunicación, las instituciones, muchos particulares, el Ayuntamiento, los bilbaínos todos estamos celebrando la efemérides con cierto alborozo. Está bien. Bilbao ha sido siempre una ciudad con fuerza y, gracias al esfuerzo de muchos de sus hijos, es actualmente dueña de un gran patrimonio cultural.Los bilbaínos todos vamos hacia un futuro civilizado y cómodo, pero no va a cambiar nuestra adición al liberalismo, la democracia, nuestra sensibilidad para el arte, para la cultura, para la ciencia... Fue bueno para nosotros que los promotores del Museo Guggenheim eligieran a nuestra villa como el mejor sitio para situarlo.

Pero algunos han pensado que el Museo Guggenheim, en el fondo, para el Bilbao que ya se había forjado, era solamente una bilbainada. Porque Bilbao tenía, desde hace mucho tiempo, un gran Museo de Bellas Artes, y otros museos, y una vieja Orquesta Sinfónica, y sociedades de artistas y de músicos, y bibliotecas...

Bilbao ha dado al mundo muchos nombres sobresalientes. Desde mediados del siglo pasado hasta hoy, los hijos de Bilbao han enriquecido la villa. Más o menos, ese enriquecimiento comienza cuando nace en la calle de la Ronda Miguel de Unamuno. Un pensador que el escritor alemán Günter Grass, último Premio Nobel de Literatura, considera hoy imprescindible para la Europa que se está haciendo.

Naturalmente, Bilbao ha dado, también, muchos más escritores de gran importancia. De algunos quizá nos estamos olvidando, u olvidando algunas de sus obras interesantes. Quizá cuando llegue la calma, después de todo el 700 milenium, debamos ocuparnos en serio para recuperar aquella memoria.

Hijo de Bilbao fue Tomás Meabe, un gran escritor y una gran persona, cuya obra literaria se ha olvidado y en parte perdido. Quizá porque fue también un político, un vasco que reforzó en Bilbao el socialismo, a principios de siglo, cuando su colega Sabino Arana le encargó que profundizara en el socialismo para combatirlo... y se convirtió.

Y no podemos olvidarnos tampoco de Aranaz Castellanos, Francisco de Ulacia, Luis Antonio de Vega, Juan Larrea, Juan Antonio Zunzunegui, Blas de Otero, Luis de Castresana, Angela Figuera Aymerich, Gabriel Aresti, Jon Juaristi, Ramiro Pinilla, Alejandro y Manu Sota, Esteban Calle Iturrino... y muchos más; incluidos los de las últimas generaciones, que no cito, entre las que Bilbao tiene unos cuantos intelectuales y poetas importantes vivos.

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Uno de los libros de Unamuno para él más importantes, Recuerdos de niñez y de mocedad, que imprimió en 1908 y que, según le dijo a Jean Cassou, era el libro de su más intenso drama, termina con esta profética frase: "¡Arriba, mi Bilbao, que el porvenir es tuyo!".

Y tenía razón. El porvenir está siendo de Bilbao, y seguirá siéndolo si los bilbainos nos lo proponemos. Porque Bilbao ha sido una ciudad, desde su fundación, envidiada y agredida. Agredida y envidiada incluso por sus vecinos próximos. ¿Por qué no es la capital de Euskadi? Bilbao es, sin duda, la capital natural.

Hace años, casi ochenta, un bilbaíno lúcido, Ramón de Basterra, preparó un largo mensaje dedicado a Jesús de Sarría, titulado El poder de Bilbao. Entre otras cosas, Basterra advertía: "La vida nos espera, bilbainos. Vámonos a probarlo todo. ¡Cuán distantes estamos, a Dios gracias, de la sapiencia! ¡Cuán alejados y cuántas alegrías tenemos por delante!"

El escritor bilbaíno olvidado Luis Antonio de Vega escribió una novela en los años cincuenta titulada El amor de la sota de espadas, a la que le concedieron el Premio Pedro Antonio de Alarcón en 1955. El jurado que le concedió el premio escribió en el acta: "Sencillamente, profundamente, magistralmente escrita y desarrollada, esta novela nos ha parecido bella, fuerte y original, digna de merecer el premio".

Desde la primera página hasta la última, está Bilbao y numerosos bilbaínos. Pues bien: esta novela hoy, en Bilbao, no la conoce nadie. El autor la inicia con esta dedicatoria: "A Achuri, a Bilbao la Vieja, al Campo de Volantín, a los anguleros y a los boteros de la ría, a los borrachines de las Siete Calles, al Majafuelles de San Antón, a Gargantúa, a don Terencio, a doña Tomasa, a los cochorros de los Jardines de Albia. A Bilbao, a todo Bilbao, a mi Bilbao".

Ángel María Ortiz Alfau es escritor.

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