La oposición se muestra escéptica ante las propuestas
La mayoría de los portavoces de educación de los grupos parlamentarios hicieron un llamamiento al diálogo y se mostraron abiertos, pero escépticos, ante la lluvia de propuestas realizadas por Pilar del Castillo. El portavoz de educación del PSOE en el Congreso, Victorino Mayoral, expresó ayer su preocupación porque el Gobierno establezca una asignatura evaluable y obligatoria como alternativa a la religión, a pesar de que Pilar del Castillo aseguró a los periodistas después de su intervención que no se aprobará antes del verano. Mayoral criticó a la ministra por eludir este asunto durante su intervención, y dijo que el silencio de Pilar del Castillo aumentaba sus dudas y sospechas de que pueda existir ya un borrador de decreto sobre el tema. El portavoz socialista aseguró que su grupo recurrirá cualquier medida que vaya en la línea de la propuesta de la Conferencia Episcopal de obligar al alumno a escoger entre dos opciones de asignaturas de religión, una confesional y otra aconfesional. Pidió además una reducción del número de alumnos por aula, un incremento de las plantillas, más becas y una mayor presión sobre los colegios concertados para que contribuyan a la escolarización de los alumnos conflictivos.
Desajustes
El portavoz de educación de CiU, Ignasi Guardans, señaló que su grupo no compartiría ningún cambio en la LOGSE "que fuera más allá de corregir desajustes y que pretendiera reabrir el debate en profundidad que fuera en contraria al espíritu y el sentido integrador, social y de equidad de esta ley". CiU se opondrá, según Guardans, a "cualquier tipo de diversificación del prematura de los alumnos que rompiera la igualdad de oportunidades de la LOGSE".
CiU ve posible la reforma de humanidades, según su portavoz, que matizó: "No queremos que por la vía del refuerzo se nos imponga una visión homogénea y pobre de nuestro pasado común, que es más rico y diverso de lo que muchos creen".
La portavoz de educación de IU, Marisa Castro, mostró sus dudas de que con el 3,3% del gasto que el Gobierno dedica a educación la ministra "pueda hacer algo que no sea continuismo puro y duro". A la petición de más gasto en educación, Del Castillo respondió que hay que "huir del tópico" de que los problemas se solucionan con dinero y propuso mejorar la gestión y la distribución del presupuesto.
Un tercer punto de discordia, dentro del margen de confianza general otorgado a Del Castillo, fue el papel que debe desempeñar el ministerio. La ministra se mostró dispuesta a liderar y coordinar el diálogo necesario para pactar las normas básicas en educación.
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