Siria prepara el camino para que Bachar el Asad sea nombrado sucesor
El segundo hijo del presidente fallecido podrá asumir el liderazgo del país el día 25
El Parlamento sirio aprobó ayer, en reunión de urgencia, una reforma de la Constitución que permitirá la rápida sucesión del presidente muerto, Hafez el Asad, por su hijo Bachar. Si hasta ayer la Carta Magna sólo permitía asumir la presidencia a los mayores de 40 años, esta edad fue reducida hasta los 34 tras una enmienda aprobada por unanimidad. Con ello, Bachar el Asad, segundo hijo de los cinco que tuvo el fallecido, podrá ocupar el puesto de su padre el próximo día 25. El partido único Baaz contribuyó también a despejar el camino del nuevo líder: anoche le nombró sucesor del presidente.
Hafez el Asad, de 69 años, murió a las once de la mañana (a las diez, hora peninsular española). Aunque oficialmente no se ha precisado la causa de su fallecimiento, fuentes sirias especulan con un infarto o un derrame cerebral.A pesar de los inquietantes rumores sobre su salud, la noticia de la muerte cogió ayer por sorpresa al mundo cuando fue transmitida por la radio estatal israelí, a las 17.40, hora local (una hora menos en España), citando a una destacada fuente gubernamental siria, cuyo nombre no reveló. Media hora después, la televisión siria interrumpió sus emisiones para informar del fallecimiento. Asad murió mientras hablaba por teléfono con el presidente libanés, Émile Lahud.
Asad era un hombre con "una mala salud de hierro", y desde hace décadas se hablaba de sus enfermedades -leucemia o senilidad, entre muchas otras-. Su estado se había agravado últimamente.
Después de anunciar su muerte, la televisión estatal siria retransmitía versículos del Corán como signo de duelo habitual en los países árabes. Lo mismo hizo la cadena de Rifat el Asad, el hermano y desde hace años rival del presidente fallecido.
Poco después, el Parlamento celebró una sesión especial en la que se anunció oficialmente la muerte de Asad, conocido como El León de Damasco, tras lo cual decenas de diputados prorrumpieron en llanto. Inmediatamente después, el Parlamento nombró una comisión para enmendar la Constitución. El presidente del Parlamento, Abdel Kader Kadura, dijo que la enmienda de la Constitución tiene por objeto permitir la elección del hijo de Asad, Bachar, como presidente en funciones, pese a que aún no ha cumplido 40 años. De acuerdo con la Constitución actual, sólo es posible elegir presidente a una persona de 40 años o más, y Bachar tiene 34. El Parlamento aprobó por unanimidad la moción.
Cientos de sirios salieron a las calles de Damasco ayer por la tarde para expresar su apoyo a Bachar el Asad, según relató France Presse. "Por nuestra alma y por nuestra sangre, nos sacrificaremos por ti, Bachar", coreaban los manifestantes en la plaza de Omayyades, en el centro de la capital siria.
Bachar el Asad no se perfiló como posible aspirante a la presidencia hasta 1994, cuando su hermano mayor, Basel, considerado por todos como el preferido de Asad, falleció en accidente de automóvil. Uno de los dos vicepresidentes dirigirá el país hasta que el Parlamento designe al nuevo jefe de Estado.
A partir de ayer, en Siria habrá 40 días de duelo, como es habitual en la religión musulmana. Los funerales serán celebrados el martes y se prevé la elección de Bachar como sucesor el día 25.
Tras la muerte de Asad, Siria queda en una situación difícil, ya que el presidente gobernaba el país desde hace casi 30 años con mano de hierro. Antes de ser jefe del Estado, Asad fue ministro de Defensa, y en 1971 tomó el poder. Bajo su liderazgo, Siria se convirtió en una de las potencias militares más importantes de Oriente Próximo y fue hasta su muerte el más implacable enemigo de Israel.
Un régimen de hierro
Hafez el Asad nació en Qardaha, cerca de Lataquía, en 1930. Primero fue militar profesional en la Fuerza Aérea, y en la década de los cincuenta se unió a las células clandestinas de oficiales ligadas con el Baaz. Desempeñó un papel destacado en el golpe de marzo de 1963, que llevó a los oficiales del Baaz al poder, y se convirtió en comandante de la Fuerza Aérea. Fue promovido al rango de fariq (teniente general) en 1968.
Desde 1971, Asad brindó a Siria un régimen de gran estabilidad, mientras él mantenía las riendas firmemente en sus manos. El presidente continuó una política económica de nacionalizaciones y practicó un socialismo de Estado. En 1973, el país adoptó una Constitución que estipulaba que el Baaz era el único partido autorizado, aunque admitía algunos candidatos independientes. Detrás de una fachada de instituciones semidemocráticas y populistas, el régimen de Asad fue autoritario, apuntalado por una policía secreta poderosa, cuyo largo brazo alcanzaba hasta los últimos rincones de Siria.
Pero Asad llevaba a cabo su política exterior, incluidas las negociaciones de paz con Israel, ahora interrumpidas, con un cálculo frío y una táctica suave.
La historia juzgará si su política tuvo éxito. Pero, en todo caso, demostró ser un maestro de la política.
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