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Annan informa a la ONU de que en Kosovo se viven niveles de violencia inaceptables

El secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, denunció ayer, en un informe remitido al Consejo de Seguridad, la campaña de violencia antiserbia que arrasa Kosovo, un año después de que la ONU asumiera la administración de la provincia yugoslava, tras los bombardeos de la Alianza. Annan aseguró que la situación es ahora mejor que hace un año, cuando se produjo la intervención de la OTAN, pero la violencia contra las minorías étnicas se mantiene en "niveles inaceptables". El secretario general manifestó que aún queda mucho antes de poder reconciliar a serbios y albaneses.

"Los líderes locales y el pueblo de Kosovo se han esforzado mucho por construir una sociedad en la que todos puedan vivir sin miedo", resaltó el secretario general en su informe. "Pero el entendimiento y la tolerancia siguen siendo muy limitados y la reconciliación es todavía una realidad muy lejana. Una serie de violentos ataques contra los serbios de Kosovo en varias zonas ha mermado su confianza en el futuro. Estos ataques parecen ser parte de una campaña cuidadosamente orquestada". Cuando se cumple un año de la presencia de la administración de la Misión de las Naciones Unidas para Kosovo (Unmik), el resultado no es muy alentador. "La comunidad internacional no intervino en Kosovo para transformarlo en un paraíso para la venganza y el crimen. Por desgracia, algunos aspectos de la sociedad no han cambiado. Se continúa asesinando, atacando y amenazando a los serbios de Kosovo", subrayó Annan.

Sin embargo, el panorama no es completamente negro. El secretario general resaltó los esfuerzos de reconstrucción llevados a cabo gracias a la ayuda europea y calificó la economía de "activa", pese a una cifra de paro que ronda el 50%. Annan resaltó que las elecciones municipales que deberían celebrarse en octubre próximo, y donde deben participar algo más de un millón de personas, serán el próximo paso hacia la normalización. "La democracia en Kosovo debe tomar raíces, pero, dada su historia turbulenta, no será fácil".

El representante especial en la zona de Annan, el ex ministro de Sanidad francés Bernard Kouchner, recordó ayer ante el Consejo de Seguridad de la ONU que la organización internacional deberá permanecer allí muchos años. "No es una cuestión de estar en Kosovo 12 o 24 meses; debemos estar un número significativo de años", afirmó Kouchner al hacer un análisis de lo logrado en el primer año de vida de la Unmik y el despliegue de la fuerza internacional de paz (Kfor). El representante internacional resaltó en una sesión abierta del Consejo que nadie debe "vivir de ilusiones" y señaló que será necesario que pasen "muchos años para poder crear una sociedad basada en la tolerancia y la democracia" en Kosovo. "Kosovo está regresando poco a poco a la normalidad, aunque la seguridad no es completa", dijo.

Por su parte, el teniente general español Juan Ortuño presentó ayer en Bruselas, ante los países de la OTAN, un primer análisis de la situación desde que asumió el mando de la fuerza multinacional de paz en Kosovo, el pasado 18 de abril, informa Bosco Esteruelas. Ortuño, que permanecerá en la conflictiva zona seis meses y dará el relevo a un representante italiano, calificó la situación actual de "calma, pero tensa". El alto jefe militar lanzó el mensaje a todos los países participantes en la Kfor de no rebajar el nivel actual de efectivos (calculado entre 36.000 y 40.000 soldados), entre los que se encuentran cerca de un millar de militares españoles.

España contempla la posibilidad de reforzar su presencia a través del trasvase de parte de las tropas que se hallan desplegadas en Bosnia, según adelantó el mes pasado el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué. Para Ortuño, la prioridad absoluta en estos momentos es frenar la violencia étnica, procedente casi exclusivamente de la mayoría albanesa, y reforzar para ello la seguridad de la minoría serbia y de las demás etnias. Dijo también que son excelentes las relaciones entre la Kfor y la Unmik bajo la dirección de Kouchner. Ortuño manifestó que los soldados de la fuerza de paz deben disponer de flexibilidad de movimientos para poder desplazarse a zonas de emergencia allí donde surjan. Como principales carencias reiteró la necesidad de un mayor número de jueces y policía internacional, y también la falta de cárceles, lo que dificulta aún más la detención de delincuentes.

No excluyó la posibilidad, como lo había hecho la víspera el secretario general de la OTAN, George Robertson, de que en las próximas fechas se produzca un rebrote de la violencia coincidiendo con el primer aniversario de la firma del acuerdo de paz. Este plan podría indudablemente ser orquestado desde Belgrado.

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