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Reportaje:EXCURSIONES - EL PINO SOLITARIO

Elogio de la vida retirada

En la antigüedad, el temple de los espíritus se probaba en la soledad del desierto, del asciterio, del destierro o del homérico océano. Mas hoy, en plena dictadura del hormiguero, el ser perfecto es el que se mueve con desparpajo bajo el ojo de pez del Gran Hermano, inmune a la ajenación de sus intimidades, sonriendo mientras se rifan sus entrañas en la chillona tómbola de la opinión pública. La soledad, en cambio, se presenta como la sospechosa querencia del que tiene algo que ocultar, del inadaptado, del que piensa distinto. De ahí que uno sienta una profunda simpatía por todos los robinsones que en el mundo son y han sido, incluido el Pino Solitario.El Pino Solitario es un majestuoso pino albar que se alza completamente aislado de sus congéneres en la solana pelada de La Peñota, a 1.650 metros de altura, casi en la linde de Cercedilla y Los Molinos, y cuya silueta se recorta precisa, como al acero, contra el añil del cielo vespertino, el amarillo cambronal o el ceniciento roquedo, según cuándo y dónde se mire. Al parecer, fue el único superviviente del incendio que asoló esta ladera a mediados de siglo. Más tarde, unos veteranos excursionistas que, atraídos por la paz de su retiro, solían visitarlo caminando desde la urbanización Valle de la Fuentefría, le pusieron tal nombre y con él se quedó, como solitario guardián de uno de los mejores miradores del Guadarrama.

Viejo náufrago

Para rendir visita a este viejo náufrago de las llamas y del tiempo, nos llegaremos en tren a la estación de Cercedilla, sita a 1.180 metros de altitud, y sin salir de ella, caminaremos junto a la vía 1 -dirección Segovia hasta la boca del túnel, para tomar aquí a la diestra por el paseo de Ródenas, una romántica senda que trepa en breves zigzagues, entre acacias y plátanos de sombra, hasta desembocar en el camino de los campamentos. Por este camino -una ancha pista de tierra- subiremos en media hora al raso de la Hornilla (1.340 metros), donde yacen las ruinas del campamento de La Peñota, condenadas a convertirse en polvo por un trasnochado escrúpulo que las sigue asociando con el Frente de Juventudes y la OJE.

Tras rebasar las ruinas y, poco después, una barrera metálica, descubriremos a mano izquierda la pradera de los Curas y la fuente de La Mina. Junto a la fuente arranca la vereda de los Poyalejos -señalizada con círculos rojos-, la cual nos va a llevar serpenteando monte arriba por una empinada loma o poyal rebosante de pinos albares, arroyuelos y verdes claros con vistas al valle de la Fuenfría, Siete Picos, la Bola del Mundo y la sierra de la Maliciosa.

Transcurridas dos horas de marcha, a contar desde la estación, saldremos a la Calle Alta, como se conoce la pista forestal que corre horizontal por estos montes, a 1.700 metros de altura, procedente del puerto de la Fuenfría. Y avanzando por ella hacia la izquierda, la seguiremos un kilómetro hasta verla morir en el collado del Rey, un raso que marca el límite entre los términos de Cercedilla y Los Molinos -para más señas, hay una alambrada- y el límite también del bosque, que, a raíz del mentado incendio, se perdió allende el collado sin dejar más rastro que el Pino Solitario.

Ya sólo nos restará franquear la alambrada por un angosto paso y bajar junto a ella un breve trecho para llegar a la vera del Pino Solitario, inconfundible por sus 20 metros de altura, su tronco de seis metros de circunferencia y su estricta soledad. No es el joven espigado de los bosques madereros, niño mimado de la silvicultura, sino el anciano corpulento, lleno de nudos y cicatrices, que "eleva sus retorcidas ramas en desesperado esfuerzo", como aquel al que cantaba Mesa o los que pintaba Berruguete. Pero a cambio de batallar sólo contra todos los vientos, todas las nieves y todos los soles, domina sin competencia un magnífico panorama del valle de Guadarrama, de los montes de El Escorial, del embalse de Valmayor y de la llanura por la que se arrastran los seres que hacen ascos a la soledad.

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Lo más ecológico: el tren

- Dónde. Cercedilla dista 57 kilómetros de la capital yendo por la carretera de A Coruña (A-6) y la antigua N-VI hasta Guadarrama, para desviarse a la salida de este pueblo a la derecha por la M-622. No obstante, el acceso más cómodo y ecológico lo proporcionan los trenes de la línea C-8b de cercanías Renfe (teléfono 902 240202). - Cuándo. Marcha de cuatro a cinco horas de duración -12 kilómetros, ida y vuelta-, con un desnivel acumulado de 600 metros y una dificultad media, recomendable para las épocas más calurosas al discurrir en su mayor parte por la sombra de los pinares. La fuente de La Mina proporciona todo el año aguas frescas y abundantes.

- Quién. El personal del centro de información Valle de la Fuenfría (carretera de las Dehesas, kilómetro 2; Cercedilla; teléfono 91 8522213) ofrece gratuitamente mapas del valle, así como guías y croquis de rutas verdes balizadas que coinciden parcialmente con este itinerario.

- Y qué más. A pesar de que gran parte del camino está señalizado, es aconsejable la siguiente cartografía: hojas 18-20 del Servicio Geográfico del Ejército, o la equivalente (508) del Instituto Geográfico Nacional; en su defecto, mapa excursionista Sierra de Guadarrama, de La Tienda Verde (Maudes, 23 y 38; 91 5343257).

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