Aznar impulsa la venta de 15 aviones militares a Grecia por 60.000 millones
El presidente del Gobierno, José María Aznar, ha dado un fuerte impulso, durante su estancia de 24 horas en Atenas que concluyó ayer, a la venta de 15 aviones militares de transporte C-295 de la empresa española Construcciones Aeronaúticas (CASA) al Ejército del Aire griego por unos 350 millones de dólares (60.500 millones de pesetas). Aznar abordó esta importante operación con el primer ministro, Costas Simitis, y el ministro de Defensa, Akis Tsohatzopoulos, que se sumó al almuerzo que ofreció el jefe del Gobierno griego al español como colofón de su visita oficial.
El C-295 de CASA compite por este contrato con el C-27J desarrollado por la norteamericana Lockheed Martin y la italiana Alenia. Fuentes de la delegación española indicaron que las autoridades griegas expresaron a Aznar sus "simpatías" por la oferta española, aunque subrayaron que la decisión aún no es firme. El concurso, cuyo fallo estaba previsto para marzo, se aplazó por las elecciones griegas y debe ser resuelto en breve, cuando se reúna la Comisión Gubernamental de Relaciones Exteriores y Defensa, que preside Simitis.La venta de estos aviones es muy importante para CASA, no sólo por el monto económico, sino también porque el C-295 es un modelo nuevo, del que el Ejército del Aire español acaba de adquirir nueve unidades, pero que todavía no ha sido exportado. Además, la industria española de Defensa nunca ha hecho ninguna venta importante en Grecia, al contrario de lo que sucede con Turquía, su adversario histórico y cliente tradicional de CASA, que compró 61 aviones CN-235 en los últimos años.
El C-295 ha superado satisfactoriamente los requerimientos del Ejército del Aire griego y aventaja al C-27J (un desarrollo del G-222 de Alenia) en precio y capacidad de transporte de pasajeros, según las fuentes consultadas, aparte de que su competidor necesita más tiempo para entrar en servicio. Ambos modelos compiten por el mercado de aeronaves de transporte inmediatamente inferiores en tamaño al Hércules de EE UU.
Al margen de la relación bilateral, las conversaciones de Aznar en Atenas se centraron en la Conferencia Intergubernamental que debe aprobar la reforma de la Unión Europea, ante la que ambos países mantienen posiciones contrapuestas. El jefe del Gobierno español intentó restar importancia a estas diferencias alegando que "es lógico que pueda haber puntos de vista contradictorios". Grecia es un país pequeño, de sólo 10 millones de habitantes, por lo que se opone a que el nuevo sistema de toma de decisiones, imprescindible para evitar que la ampliación de la UE la haga inoperante, prime a los más poblados.
Simitis reiteró a su huésped la idea de que todos los socios de la UE deben contar con un solo comisario y su negativa a modificar la actual distribución de votos por países, aun mostrándose abierto a examinar un sistema de doble votación que combine la formula vigente con la demografía. Aznar replicó que la cumbre del día 19 en Oporto (Portugal) se limitará a fijar la agenda de la conferencia que debe culminar en diciembre en Niza (Francia), por lo que ahora sólo se trata de intercambiar puntos de vista. Aunque alejados en la mayoría de los puntos, Grecia y España comparten su recelo a la idea francesa de ampliar al primer pilar de la UE, el mercado único, la llamada cooperación reforzada, que permite a unos países avanzar más velozmente que otros hacia la integración.
Aznar se reunió con un grupo de empresarios griegos ante los que subrayó que los países mediterráneos deben desterrar la idea de que son menos eficaces que los del norte y les instó a avanzar decididamente hacia la liberalización. Empresas españolas están interesadas en la próxima privatización de líneas aéreas, la telefonía, el agua o la electricidad.
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