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Reportaje:

El constante aumento de las cardiopatías

20.000 españoles se someten todos los años a una operación de cirugía cardiaca, 17.000 con circulación extracorpórea

/ Barcelona Los expertos ya alertaban hace años del aumento de las enfermedades cardiovasculares, pero nadie se esperaba que aumentara tan rápidamente. Esto explica en parte, según los especialistas, la actual "ineficiencia del sistema" sanitario para atender a la población afectada por estas patologías, que suponen la primera causa de muerte en los países desarrollados y llegan a la mitad del total de fallecimientos. Las enfermedades coronarias siguen creciendo por dos razones principales: el crecimiento de los factores de riesgo cardiovascular (colesterol elevado, tabaquismo, hipertensión, diabetes, obesidad y sedentarismo) y el progresivo envejecimiento de la población. 20.000 españoles son operados del corazón todos los años.

Todos los años, unos 72.000 españoles sufren un episodio coronario (angina de pecho, infarto de miocardio y muerte súbita), de los que 6.000 mueren en el hospital y 16.000 antes de llegar al centro asistencial, con lo que la cifra de muertes sólo por estas dolencias se eleva a unas 22.000. Según los expertos, la eliminación del tabaquismo y del sedentarismo reduciría a la mitad los procesos coronarios. El aumento de las cardiopatías se ha traducido en que todos los años, 20.000 españoles son sometidos a procedimientos de cirugía cardiaca por distintas causas y 17.000 de ellos con circulación extracorpórea.

Antes de la llegada de la menopausia, los procesos cardiovasculares en las mujeres son mucho más prevalentes que en los hombres, tanto en morbilidad (enfermedad y complicaciones) como en mortalidad. Sin embargo, a partir del climaterio, los términos empiezan a invertirse hasta el punto de que en los mayores de 65 años, entre el 40% y el 44% del total de las muertes de mujeres son por enfermedad cardiovascular, mientras que en los hombres se sitúa en el 32%.

El doctor Federico Vallés, presidente de la Sociedad Española de Cardiología y jefe del servicio de esta especialidad en el hospital Reina Sofía de Córdoba, explica que las enfermedades del corazón se agrupan en tres grandes bloques: patología coronaria (angina de pecho, infarto de miocardio y muerte súbita), valvulopatías (procesos que afectan a las cuatro válvulas cardiacas: aórtica, pulmonar, mitral y tricúspide) y dolencias congénitas.

"Todas pueden ser susceptibles de tratamiento médico o quirúrgico", dice. "Y todas pueden requerir un tratamiento de más o menos urgencia. Depende de la gravedad de la lesión, de la edad y del estado general del enfermo", añade. Vallés explica que las cardiopatías que requieren cirugía urgente son operadas inmediatamente y que sólo pasan a listas de espera las que, de acuerdo con el pronóstico, pueden esperar un tiempo razonable, que varía según el problema.

José Luis Palma Gámiz, jefe clínico de Cardiología del hospital Ramón y Cajal de Madrid, añade que, pese a que en las cardiopatías es posible realizar un pronóstico, a menudo su evolución es imprevisible y lo que "potencialmente no era muy grave se puede convertir en mortal". Esto ocurre, sostiene, "lamentablemente a veces en los pacientes que están en lista de espera para ser intervenidos, seguramente no tanto por la demora en la espera como por lo imprevisible de la enfermedad". Aunque Palma admite que todo es mejorable, afirma que en España el tiempo medio de lista de espera es de dos a cuatro meses, "cuando países como el Reino Unido tienen una media de seis meses".

El abordaje quirúrgico de los procesos cardiacos ha evolucionado espectacularmente en los últimos años, afirma José Luis Vallejo, jefe del servicio de Cirugía Cardiaca del hospital Gregorio Marañón de Madrid . La mortalidad global de este tipo de intervenciones se sigue situando entre el 6% y el 8% y no se ha reducido porque ahora se operan personas de edad más avanzada, con proceso cardiacos mucho más complejos y un estado más deteriorado.

Las enfermedades coronarias y valvulares constituyen el 90% de toda la patología cardiaca, porcentaje que se reparte en el 60% para la coronaria y el 30% para la valvular. El 10% lo ocupan las cardiopatías congénitas.

Ángel G. Pinto, jefe de Cirugía cardiaca del hospital Ruber Internacional, sostiene que si bien la patología vascular por fiebres reumáticas se ha reducido drásticamente en los países desarrollados, las valvulopatías y su tratamiento quirúrgico siguen aumentando con el envejecimiento de la población, y la mayoría de ellas pasan a ser degenerativas.

Pinto agrega que la introducción del ecocardiograma en el acto quirúrgico, que permite el control riguroso de la función ventricular así como los avances en anestesia y en la monitorización, están consiguiendo minimizar el riesgo de la cirugía cardiaca y le están confiriendo un aspecto muy multidisciplinario.

Doscientos cirujanos

"Se dice", explica, "que el funcionamiento del servicio de cirugía cardiaca de un hospital es el botón de muestra del funcionamiento de la generalidad de los servicios puesto que, además de cirujanos cardiacos, anestesistas y personal de enfermería, están implicados otros muchos servicios, como cardiología, cuidados intensivos, microbiología, radiología o hematología". En España existen 200 cirujanos cardiacos en ejercicio. La mitad de ellos estarán jubilados en cinco años. No obstante, la cifra actual es suficiente, según los cálculos de asociaciones internacionales, para la población española, considerando que hay una media de 2.200 enfermos en lista de espera al año en toda España y que cada cirujano realiza unas 10 intervenciones al mes.

Jean Hermesse, especialista en economía de la salud, secretario nacional de la Mutualité Chrétienne de Bélgica y presidente de la comisión europea que compara los diferentes sistemas sanitarios, alerta que un mayor número de médicos no garantiza unas listas de espera menos congestionadas. España, junto a Italia y Grecia, es uno de los países con más médicos por habitante de Europa y, sin embargo, es uno de los lugares con listas de espera más largas. Hermesse sostiene que para algunas especialidades médicas, entre ellas la cirugía cardiaca, no es aconsejable abrir muchos centros y de reducidas dimensiones, ya que es mejor concentrar a los enfermos en grandes hospitales porque sus equipos tienen mayor experiencia, lo que mejora los resultados y la calidad de la asistencia, y el riesgo para el paciente es menor.

Holanda, Finlandia y Alemania son los países con menos centros, pero los que hay son más especializados y se sitúan entre los que practican más intervenciones al año y con menor riesgo. Mientras que Finlandia realizó 910 intervenciones de by-pass (la más frecuente en cirugía cardiaca) por año y centro, España se situó a la cola de Europa, con sólo 105 operaciones de este tipo por centro, según datos de 1996 publicados por European Journal for Cardiac Interventions.

En la misma línea apuntada por Hermesse se ha situado la Sociedad Española de Cirugía Cardiovascular. El vicepresidente (y próximo presidente) de la entidad, José Luis Pomar, asegura que España tiene un número suficiente "o incluso de excesivo" de centros con servicio de cirugía cardiaca. "En los últimos años se ha seguido la tendencia de abrir más centros para complacer a los políticos", afirma Pomar. En su último informe, el de 1995, la Sociedad Española de Cirugía Cardiovascular advertía de la necesidad de aumentar la actividad en los servicios de cirugía cardiaca ya existentes en lugar de abrir otros nuevos.

La sociedad critica "la extremada ineficiencia del sistema, donde la falta de elasticidad de los horarios y de incentivación de los profesionales impide que se realice más de una intervención por quirófano y día en la casi totalidad de los servicios, malversando recursos humanos y de equipamiento, cuando se ha demostrado que en un quirófano se pueden realizar casi 600 intervenciones anuales".

Niños con el corazón enfermo

La práctica totalidad de las dolencias cardiacas de la infancia son congénitas. Sólo el 0,5% de los problemas de corazón en los niños son adquiridos. El 70% de estas patologías se detecta por diagnóstico intrauterino durante la gestación y el 30% restante, en los primeros días de vida.El cirujano cardiaco Juan Comas, jefe de la unidad pediátrica del corazón del hospital Doce de Octubre de Madrid, establece dos periodos al clasificar las cardiopatías infantiles: antes de los 12 primeros meses y a partir del año. "En el primer año de vida", destaca, "los procesos más graves son principalmente la trasposición de los grandes vasos, que es cuando la arteria aorta sale del ventrículo derecho y la pulmonar del izquierdo, y el conjunto de las que llamamos enfermedades cianóticas, que se caracterizan porque la sangre no lleva el suficiente aporte de oxígeno".

En este primer periodo, agrega Comas, las dolencias cardiacas requieren un diagnóstico y un tratamiento quirúrgico de urgencia, ya que la mitad de estos niños morirían en el primer año si no fuesen operados.

A partir de los 12 meses de vida, las cardiopatías congénitas más frecuentes son la comunicación interauricular o interventricular, la obstrucción total o parcial de la aorta y la existencia de un orificio que comunica las arterias aorta y pulmonar. "Todas las asociaciones patológicas son posibles en el corazón antes del nacimiento y a veces el único síntoma es la muerte súbita, aunque los síntomas más habituales son el exceso de fatiga al menor esfuerzo y la piel violácea".

La incidencia de cardiopatías congénitas, que siempre requieren tratamiento quirúrgico, ha aumentado en los últimos 15 años hasta situarse en el 1,2% de los recién nacidos a término (entre la 37ª y la 40ª semanas de gestación) y en el 2% de los prematuros. El 80% de estos trastornos aparece en niños con síndrome de Down.

La unidad pediátrica del corazón del Doce de Octubre, que lleva funcionando como tal desde principios de 1998, agrupa en una sola instancia a cardiólogos pediátricos y cirujanos cardiacos infantiles y ha introducido una nueva forma de organización. "Con el nuevo enfoque de la unidad hemos conseguido reducir la tasa de mortalidad al 2,6%, cuando la cifra estándar en Estados Unidos está en el 6,9%", indica Juan Comas. En esta unidad se opera una media de 180 niños al año, de los que en torno a 110 son intervenidos con circulación extracorpórea. El 70% de los pequeños recibe el alta a los cinco días de la operación.

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