Los 'pablorromeros' abren la última semana
El responsable de la divisa considera perjudicial la obsesión por el peso
"Un toro que se mueva no puede pesar 600 kilos". José Luis Algora despacha de esta forma las críticas provocadas por la presencia de su corrida. Fue asomar la semana pasada los hocicos en la venta del Batán y más de uno se echó las manos a la cabeza: "Ésos no son pablorromeros". El representante de la mítica divisa defiende el trapío de su corrida y se conjura para repetir el éxito del año pasado. Una labor encomendada a una terna encabezada por el diestro José Antonio Campuzano.
Su esqueleto, capa y presencia les delata: son los toros más guapos que da el campo bravo, directos herederos de las vacas jijonas y sementales de Cabrera, con una antigüedad fechada el 8 de abril de 1888. Después de los de Guisando, sólo los miuras y éstos pueden presumir de formar parte del Patrimonio Artístico Nacional. Algora insiste: "Estos toros engañan mucho. Cuando les ves en los corrales, como carecen de unas defensas muy aparatosas, no dan la impresión de ser gran cosa. Desde el callejón, todo cambia. En la plaza siempre los reciben con una ovación".Y, en efecto, ovación, y muy cerrada, fue lo que recibió tanto en la puerta de chiqueros como en el arrastre Joyerito. Para este toro fue el máximo galardón en la pasada Feria de San Isidro. "Confiemos en que este año pase lo mismo. Por nuestra parte se ha hecho todo lo posible. A Madrid traemos los toros con mejores notas. Para nada somos de esos ganaderos que sólo se fían de la báscula para venir a Las Ventas", comenta de corrido el representante de la sociedad, que desde enero de 1998 gestiona el destino de un mito. Eso son los pablorromeros: mitología con cuernos.
"Ya hemos superado el bache definitivamente", continúa el ganadero, "y de los primeros problemas que tuvimos, cuando nos hicimos cargo de la divisa, no queda ni rastro". En dos años han vuelto a hacerse merecedores de los halagos que corresponden a tan alta cuna. Esta temporada son cinco los compromisos. La primera corrida se vio en la localidad francesa de Arles. Un toro de los que salió a la arena fue merecedor de la vuelta al ruedo, aclamado como triunfador y, de paso, abrió la puerta para que Padilla también triunfara, quedándose con dos orejas del morlaco. "Nos queda Madrid, Pamplona, Dax y Puerto de Santa María. Definitivamente, se puede decir que hemos vuelto a primera división", concluye.
Algora no quiere dejar pasar la oportunidad sin cumplir con el capítulo de los lamentos. Primero: "Este año se han visto menos toros buenos que el año pasado". Segundo: "Los problemas con la sequía y el abuso de piensos en la alimentación de los toros han hecho que la calidad sea menor y la dureza de los pitones se vea perjudicada. Y tercero, de nuevo: "Cualquier aficionado ha podido ver en lo que va de feria que los toros musculosos y en tipo son los que garantizan movilidad y embisten. Los que parecen zambombos, aquellos seleccionados únicamente por la romana... nada".
La corrida de hoy, 26ª de abono. Toros de Partido de Resina (antes Pablo Romero) para José Antonio Campuzano, El Tato y Juan José Padilla. 19.00.
Babelia
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