España puede ser el árbitro

"La posición de España sobre las cooperaciones reforzadas va a ser decisiva a la hora de permitir que haya un grupo de países con peso específico que logren imponerla", observa un veterano diplomático comunitario. "El éxito de esa reforma dependerá de la ambición de Francia, de que haya un número suficiente de países que den base a un consenso ambicioso -y para eso es muy importante por qué posición se decanta España- y de la capacidad de resistencia de ciertos países para bloquear con su veto", subraya ese diplomático. Pero hasta ahora la posición de España es abiertamente opuesta a suavizar el mecanismos de cooperaciones reforzadas. El Gobierno parece haber hecho suya la doctrina de que esa reforma puede ser una forma encubierta de eliminar el derecho de veto. "Hay que encontrar una forma que dé garantías a España de que no es ese el objetivo, de que hay un planteamiento político de largo alcance", defienden fuentes comunitarias. "España debe entender que su destino debería ser integrarse en el núcleo duro", afirma otra fuente."Fischer ha lanzado un debate muy serio, pero ha cometido el error de hablar de federalismo. El debate de la Europa federal aún no está maduro", reprochan medios comunitarios. "La legitimidad de la UE se basa en el equilibrio de las tres instituciones, Parlamento, Consejo y Comisión, y no es conveniente alterarlo", ha advertido en una entrevista el primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Junker. A pesar de su ferviente europeísmo, Junker no quiere prisas en el viaje federal: "No creo que tengamos nunca algo que se parezca a los Estados Unidos de Europa".

"Parece verse una intención definida de que la Comisión no pinte nada. Y olvidarse de la Comisión en ese contexto y acabar con su iniciativa sería un gran error", opina Marcelino Oreja. "Si lo que se quiere es una Europa política de corte federal, eso no es posible ni va a ser posible en el futuro. Europa ha de ser una unión de Estados fuertes donde se compartan cada vez más políticas", remacha.