Rebelión contra el director de Greenpeace por el traslado forzoso de activistas

Tres directivos de la organización Greenpeace en España han demandado a la dirección por su traslado forzoso de su centro de trabajo habitual en Madrid a Barcelona y Palma de Mallorca, donde la organización planea montar un centro de formación y entrenamiento de sus activistas, con un coste de 200 millones de pesetas. Un operador de televisión que había sido despedido ha renunciado a secundar la demanda tras encontrar acomodo en la cadena Tele 5.El conflicto desencadenante de la demanda se remonta a dos meses atrás, cuando la dirección adoptó los cambios de personal que han afectado a la encargada de socios; a Eva Hernández, responsable de hábitat y costas, y a Carlos Bravo, jefe de campaña de energía. Todos ellos han contado con el respaldo de 27 de los 37 compañeros que trabajan en la sede de Madrid, expresado en un memorándum que han entregado a la junta directiva de Greenpeace España y la Internacional.

El memorándum cuestiona la creación del centro de Palma por el menoscabo de fondos que supone para la intendencia de las campañas nacionales y el autoritarismo del director ejecutivo, Xavier Pastor, en la toma de decisiones, como la fracasada propuesta de José María Mendiluce para ocupar la presidencia de Greenpeace Internacional en Amsterdam. Fuentes del colectivo señalan que el distanciamiento con la dirección se acentuó con la marcha de Juantxo López de Uralde a Holanda.

Para Xavier Pastor, el conflicto es fruto de discrepancias sobre aspectos organizativos, tarea que corresponde a la dirección. Los desplazamientos dice que se han producido para ganar eficiencia, y no se extraña de que los afectados cuenten con el apoyo de sus compañeros. "No me sorprende", dice. "Si fuera mi caso, también pediría solidaridad". Pastor califica de "duro" el episodio de Mendiluce, a raíz del cual él presentó la dimisión, que no le fue aceptada.