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Alemania y Francia acuerdan los principios de la reforma de la UE

Alemania y Francia han llegado a un principio de acuerdo sobre la reforma de las instituciones europeas, según fuentes alemanas. El acuerdo respecto a los principales puntos fue alcanzado en París en un encuentro entre el secretario de Estado alemán de Asuntos Europeos, Cristoph Zöpel, y su homólogo francés, Pierre Moscovici. El texto debe aún recibir el visto bueno de los ministros de Exteriores de ambos países, Joschka Fischer y Hubert Védrine, aunque no se prevén problemas en este sentido.

Según un diplomático alemán, se podrán dar datos de este acuerdo en la próxima cumbre franco-alemana que se celebrará el próximo 9 de junio en Maguncia. El buen entendimiento entre París y Berlín debe servir para hacer presión sobre los demás socios de la Unión Europea, para obtener la aprobación de la reforma de las instituciones europeas en el Consejo Europeo que se celebrará en Niza a finales de año con motivo de la presidencia francesa de la Unión Europea (UE). "Debéis alcanzar un resultado, no seáis muy duros", éste es el mensaje que Fischer ha hecho llegar a sus diplomáticos respecto a las conversaciones con los franceses.Los acuerdos alcanzados afectan a los siguiente temas.

- Adopción de decisiones en el Consejo Europeo. Francia acepta que Alemania tenga un mayor peso que ella, Italia y Reino Unido en la decisiones del Consejo Europeo. Dado que cada vez más decisiones van a ser adoptadas por mayoría cualificada, Alemania, que tiene 82 millones de habitantes, ha insistido para que las decisiones del Consejo tengan una más fuerte legitimación democrática y que se tenga en cuenta su proporción de población respecto a los grandes países. Berlín ha mostrado su voluntad de ser flexible. Se han propuesto numerosos modelos: adoptar una doble mayoría, que consiste en no modificar el peso de cada país, sino en proceder después de cada votación a un segundo escrutinio que refleje la importancia en cuanto a población. Otro es representar a cada país en función de su densidad de población y de la evolución de la misma.

- Voto por mayoría cualificada. La regla general sería adoptar las decisiones por mayoría cualificada, la unanimidad se convertiría en una excepción. De todas formas, la unanimidad permanecería en cuatro cuestiones: medidas en las que sea necesaria una ratificación por parte de los parlamentos nacionales, decisiones de carácter constitucional, aquellas que afecten a la defensa y a las Fuerzas Armadas, y aquellas que "supongan un retroceso" de la integración europea. Francia conservaría su derecho a veto en política común agrícola, materia muy sensible en la que algunos Estados piden que la agricultura no sea financiada por Bruselas, sino directamente por los Estados miembros.

- Las cooperaciones reforzadas. Permitirá a numerosos países proseguir juntos en la integración europea en temas como moneda, defensa y seguridad interior. Aquellos países que no quieren formar parte tienen derecho a veto, pero Francia y Alemania estiman que el veto debe desaparecer incluido en las cuestiones de política exterior.

- Nombramiento de comisarios. El número de comisarios debe ser sensiblemente inferior al número actual de 20. Cada país propondría un comisario y el presidente de la Comisión elegiría. "El presidente se lo pensará dos veces antes de no elegir un comisario de uno de los cinco grandes países que hasta ahora tienen dos comisarios", precisó la fuente alemana.

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- El Parlamento. "El número máximo de diputados será de 700. Cada país tendría derecho a un número mínimo de cuatro diputados", señaló la fuente alemana. Entre los ajustes que se podrían realizar para evitar susceptibilidades, Alemania vería aumentar su número de diputados, mientras que el de los otros grandes países descendería.

- La carta de derechos fundamentales. Existen dos concepciones sobre las que se podría elaborar el embrión de una Constitución europea. Los franceses quieren una declaración larga, pero no vinculante jurídicamente. Los alemanes, todo lo contrario. "Incluir en la carta el derecho a la vivienda o a un trabajo no va a resolver el problema del paro", señala un alemán. Las cosas podrían dirigirse hacia una carta extensa no vinculante, pero con el compromiso de cumplir sus disposiciones vinculantes.

© Le Monde / EL PAÍS

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