Duro golpe para el exilio radical cubano de Miami
"Si el niño se va, el exilio va detrás". La pancarta frente a la entrada de la casa vacía en la que vivió Elián González en Miami se refería ayer a los planes de seguirle con una flotilla cuando regrese a Cuba, pero también está cargado de simbolismo de lo que el caso ha significado para el exilio radical cubano, que puso toda la carne en el asador político y ha perdido.Ayer no hubo concentraciones masivas, apenas cien personas acudieron a la casa-santuario de la Pequeña Habana. La política anticastrista, que ha sido el eje del caso, seguía siendo ayer la protagonista. La derrota legal se interpretó como una conspiración, "un arreglo político entre el Gobierno de Bill Clinton y Fidel Castro". Así lo expresaba el propio portavoz de los parientes de Miami, Armando Gutiérrez, pero era el sentimiento generalizado en las calles, mezclado con indignación y frustración. La diferencia con los tiempos de euforia, y a ratos de rabia, en los que los exiliados quemaron banderas norteamericanas y provocaron disturbios, era la ausencia de violencia callejera.
La intolerancia de entonces ha dejado heridas étnicas profundas y una imagen muy negativa del exilio castrista, que ayer quisieron corregir ante los ojos del mundo. No hubo convocatorias de desobediencia civil y el propio Lázaro González, el tío abuelo de Elián, hizo un llamamiento a la calma. "Pedimos a esta comunidad que acepte esta decisión como la hemos aceptado nosotros. Creemos en las leyes de EEUU, y no hemos concluido todavía", afirmó un Lázaro resignado.
Las esperanzas las tienen puestas ahora en el Tribunal Supremo, al que ayer notificaron que iban a apelar en los próximos catorce días. Este punto es uno de los que calificó ayer el Gobierno cubano como "elementos inquietantes" que no hacen sino "prolongar el secuestro de Elián". "En otra evidente concesión a la mafia [exilio], el fallo le otorga 14 días de plazo a sus abogados para presentar las apelaciones pertinentes, algo inusual", reza un comunidado hecho público en La Habana, informa Mauricio Vicent.
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