Microsoft pide al juez un año para dividirse en dos si finalmente se le impone esta sanción
Pendientes de la sentencia final del juez, pero convencidos de su severidad, los responsables de Microsoft preparan ya el primer recurso judicial ante el tribunal de apelaciones. El juez, que recibió el miércoles por la noche las alegaciones finales de la compañía de Bill Gates, ha pedido nuevos documentos a las partes antes de tomar su decisión. En su último escrito, Microsoft rechazó de nuevo la propuesta de segregación realizada por el Gobierno de EEUU, aunque, en el caso de materializarse, solicitó 12 meses de plazo para llevarla a cabo.
El magistrado encargado del caso Microsoft ha fijado un nuevo plazo para más alegaciones. El Gobierno puede responder hasta el lunes al último escrito de la compañía, y ésta tendrá hasta el miércoles para replicar.Ha sido el Departamento de Justicia el que ha pedido una extensión de los plazos para poder matizar algunas de las afirmaciones incluidas en el documento que Microsoft entregó al juez el miércoles por la noche y que debería haber sido el último antes de la sentencia.
Ramificaciones fiscales
Fuentes de la acusación aseguran que el Gobierno de EEUU desea incorporar a su propuesta algunas referencias a la forma en la que el proceso de segregación afectaría a la empresa y a los gobiernos en otros países. También quiere analizar ramificaciones fiscales no incluidas en su propuesta anterior. Después de conocer esta decisión, Jim Cullinam, portavoz de Microsoft, aseguró que el aplazamiento de la sentencia solicitado por el Gobierno demuestra "que su plan es peligroso y extremo, con muchas ramificaciones en su implementación".
Otro portavoz de la compañía aseguró que el aplazamiento demuestra que el juez actuó de forma incorrecta al negarse a convocar un nuevo periodo de sesiones para determinar el remedio más pertinente.
De hecho, el último escrito de Microsoft insistía en la injusticia que supone -desde su punto de vista- la negativa del juez a profundizar en la búsqueda de una sanción. Microsoft ofreció al juez una larga lista de testigos dispuestos a comparecer para mostrar su postura contraria a la segregación en caso de que el juez hubiera convocado nuevas sesiones. En la lista figuran varios directivos de compañías informáticas y productoras de cine.
Además, Microsoft acusó al Gobierno de EEUU de haber formulado una propuesta de sanción "vaga, ambigua y defectuosa" al solicitar la segregación en dos compañías, una encargada de los sistemas operativos Windows y otra a cargo del resto de los productos, incluidos los programas de Internet.
Sin embargo la empresa de Bill Gates pareció empezar a asumir que ése es su futuro más probable. Los abogados de la compañía incluyeron por primera vez algunas sugerencias de procedimiento para una hipotética segregación.
Sin interferencias
La compañía pide que no haya ninguna interferencia ni vigilancia gubernamental en la empresa dedicada a la comercialización de los programas; Microsoft sabe que la otra compañía, dedicada a sistemas operativos, estaría sujeta un largo tiempo a restricciones sobre su forma de hacer negocios.
Microsoft también pide un año de plazo para preparar los detalles de la segregación si ésta es la sentencia final, aunque la empresa siempre se refiere a ella con la palabra "reorganización". El portavoz insistió en que estas ofertas se hacen desde el más profundo rechazo a la propuesta; aun así, reconoce que en algún momento "puede que tengamos que vivir con ello de una manera o de otra, y por eso preferimos hacerlo de forma clara".
Cuando el juez del caso dicte sentencia se abrirá un plazo de 90 días para la resolución del primer recurso ante el tribunal superior. Después, entrarían en vigor las medidas restrictivas transitorias que ha pedido el Gobierno mientras el caso continúa en su proceso de apelaciones. Sin embargo, la decisión de ese primer tribunal es con toda seguridad la que marcará el rumbo final del caso.
