Una exposición muestra en Bilbao la maestría del artesano Plácido Zuloaga en el damasquinado
La figura del artesano eibarrés Plácido Zuloaga (1834-1910), el impulsor de la recuperación de la decoración con la técnica del damasquinado en el siglo XIX, es el eje de la exposición El arte y la tradición de los Zuloaga. Damasquinado español de la colección Khalili, que ayer se inauguró en el Museo de Bellas Artes de Bilbao. La muestra reúne un centenar de piezas, procedentes de la colección de Nasser D. Khalili, un empresario de origen iraní afincado en Londres, y del Museo Zuloaga, de Zumaia. También se exhiben unos bocetos del taller de Zuloaga, propiedad de la Diputación de Vizcaya.
Un retrato de Plácido Zuloaga, pintado por su hijo Ignacio, abre el recorrido por una exposición de objetos muy diversos decorados con damasquinado. Desde un arcón de dos metros de largo hasta cajitas de rapé, las más diversas piezas (arquetas, pitilleras, broches, espadas, revólveres, brazaletes, jarrones, polveras, marcos de espejo y puños de bastón) conforman la exposición. Zuloaga, siguiendo la estela de su padre, aprendió el oficio para trabajar en las armas, hasta que la popularización del damasquinado le llevó a los artículos de lujo.La técnica que hizo posible su minuciosa decoración consiste en aplicar -generalmente sobre piezas de hierro- hilos de oro y plata hasta formar figuras y filigranas mediante el martilleo o el bruñido del metal.
Las piezas son propiedad de Nasser D. Khalili, un apasionado del arte oriental y el damasquinado, quien adquirió la colección a un mecenas británico del artesano eibarrés. La mayor parte de las piezas fueron realizadas por Plácido Zuloaga o elaboradas por sus ayudantes y aprendices en Eibar. Zuloaga fue el principal artífice de la recuperación del damasquinado en el siglo XIX, retomando la tradición de la España musulmana "con una visión renacentista", señaló ayer Khalili.
La presentación de los objetos se completa con la exhibición por vez primera de los bocetos de Zuloaga, una decena de dibujos, recuperados en la biblioteca de la Diputación de Vizcaya.
La exposición permanecerá en Bilbao hasta el 31 de agosto. Posteriormente, se exhibirá en el Museo de Bellas Artes de Granada y en la Real Fundación de Toledo.
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