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Pacientes desviados por el plan de choque también esperan meses en las clínicas privadas

La medida estrella del PP para acabar con las listas de espera adolece de los mismos defectos que pretende remediar: las demoras. Una paciente que se acogió al plan de choque tardó 20 meses desde que fue atendida en el hospital La Fe de Valencia hasta que fue finalmente operada en la clínica Casa de la Salud. Otro caso reduce a algo más de cuatro los meses desde que el paciente recibió la citación hasta que finalmente fue intervenido en el hospital de Valencia al Mar. Durante el primer semestre de 1999, Sanidad pagó 1.496 millones de pesetas a centros del plan de choque.

Los "magníficos resultados" a los que se refiere el consejero de Sanidad, Serafín Castellano, cuando alude al papel desempeñado por el plan de choque en la reducción de las listas de espera quirúrgicas quizás no lo sean tanto para los pacientes intervenidos en las clínicas privadas acogidas a esta iniciativa puesta en marcha en 1996.Este diario ha tenido acceso a dos expedientes en los que los pacientes han sumado meses aguardando su paso por el quirófano a pesar de que accedieron a dejar la lista de espera de los hospitales públicos que les correspondían para ser intervenidos en centros privados. El caso de E. S. C. es el más llamativo. Fue intervenida en la Casa de la Salud de Valencia el 1 de diciembre de 1998, después de un año y ocho meses aguardando a ser operada y de haber sido remitida de la lista de espera del hospital La Fe de Valencia. La paciente fue intervenido de osteoartrosis y se le aplicó una prótesis total de rodilla.

A este caso se suma el de J. L. Z., que tardó más de cuatro meses en acceder a una artroscopia para el trastorno que sufría en la rodilla, que se le practicó en el hospital de Valencia al Mar. La propia factura del hospital de fecha 23 de noviembre de 1999, que cargó un importe de 90.000 pesetas a Sanidad, recoge como concepto de hospitalización la figura del decreto 97/96, correspondiente al plan de choque.

8.000 millones

Esta figura ha reportado a las clínicas privadas que se benefician de la medida unos 8.000 millones de pesetas desde 1996, fecha en la que entró en vigor. Sólo durante la primera mitad de 1999, la facturación de estos centros ascendió a 1.496 millones de pesetas correspondientes a las intervenciones practicadas a 11.126 pacientes de la sanidad pública que accedieron a ser operados en centros privados, según respuestas parlamentarias del propio Consell. El centro que acogió más enfermos fue el hospital de Valencia al Mar, que trató a 4.532 personas, por lo que cobró 603 millones de pesetas. Por detrás se encuentra la clínica Mare Nostrum, con 1.980 pacientes y 236 millones; el hospital Casa de la Salud con 1.162 enfermos y 208 millones, y la clínica Quirón, con 991 enfermos y 195 millones de pesetas. A la lista se suman la Clínica Benidorm, con 432 pacientes y 37 millones entre enero y junio de 1999; la clínica San Carlos, con 384 pacientes y casi 26,9 millones, y el sanatorio del Perpetuo Socorro con 393 pacientes y también 26,9 millones de pesetas. Con menos pacientes y facturación están el Centro Médico Ciudad Jardín, el sanatorio San Jorge, la clínica Vista Hermosa, el Centro de Rehabilitación de Levante, el hospital Aguas-Vivas y el Instituto Oftalmológico de Levante.

Las demoras en el plan de choque se suman a las que tienen lugar en las listas de espera de centros públicos. El expediente de J. M. N. A. del hospital Arnau de Vilanova es un ejemplo ilustrativo de esta situación. Ingresó en la lista de espera para una vasectomía el 13 de diciembre de 1994. Finalmente pasó por el quirófano más de cuatro años más tarde, concretamente el 25 de febrero de 1999.

Urgencia

Este caso es similar al de una paciente del hospital La Fe "vista por primera vez el 10 de diciembre de 1997 e incluida en la lista de espera el 14 de enero de 1998", como destacaba el parte médico. El documento recogía un diagnóstico de "secuelas de traumatismo en muñeca izquierda con las siguientes lesiones: pseudoartrosis de estiloides cubital, rotura de ligamento triangular, rotura de ligamento escafo-lunar y posible compresión del nervio cubital en canal de Guillón".

Pese a las lesiones, "dada la fecha de inclusión en lista de espera y el carácter de urgencia no absoluta de la lesiones, tardará varios años en ser intervenida", sentenciaba el parte médico del servicio de traumatología y ortopedia de La Fe, elaborado por los especialistas el 7 de julio de 1998.

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