Los socialistas culpan al Ejecutivo de la pérdida de sedes empresariales

La pérdida continuada de sedes de grandes empresas y la falta de un respaldo presupuestario del Ejecutivo catalán a las tecnologías de la información son las principales críticas de la oposición socialista a la política industrial de la Generalitat. Miquel Barceló, portavoz de la ponencia industrial del grupo PSC-Ciutadans pel Canvi, destaca la existencia de una grave causalidad entre la escasa aplicación tecnológica que registra la economía catalana y su baja productividad.

El ínfimo impacto económico que ha tenido el establecimiento de la sede de Retevisión en Cataluña y la pérdida de la capacidad de decisión de las empresas Fecsa y Enher, integradas en Endesa, son síntomas del bajo perfil político del Departamento de Industria de la Generalitat. El Grupo Socialista denuncia el triunfalismo de Antoni Subirà, el titular de esta consejería, "que proclama ahora el éxito del traslado a Barcelona del portal Terra-Lycos, sin pensar que la sede operativa de esta empresa está en Boston".Respecto al sector eléctrico, la oposición destaca la falta de inversión en las líneas de distribución de Fecsa y Enher, lo que provoca restricciones en zonas como la Costa Brava e impide, por ejemplo, "crear una empresa en Blanes o Lloret de Mar".

La caída constante de la productividad de la economía catalana en los últimos años expresa que el número de horas trabajadas crece más que el producto interior bruto (PIB). A esta verdad de Perogrullo el portavoz de la oposición añade la reflexión de que el PIB catalán crece menos a causa de que la economía está perfeccionando sus sistemas de producción sin mejorar su producto. Es decir, "Cataluña se aguanta gracias al impulso del sector tradicional, pero no aplica las modernas tecnologías".

Detrás de esta espiral negativa está la nula apuesta de la Generalitat por las tecnologías de la información y el bajísimo nivel de las partidas del presupuesto destinadas a investigación y desarrollo (I+D). El Departamento de Industria de la Generalitat ha incumplido la promesa electoral de CiU de situar la inversión en investigación en el 2% del PIB en el año 2004. A pesar del esfuerzo que supone la creación del Departamento de Universidades, Investigación y Sociedad de la Información, esta partida no supera ahora el 1,3% del PIB, y con la "tendencia marcada por estos últimos presupuestos, no será posible alcanzar el objetivo", añade Barceló. Sumando los recursos destinados al nuevo departamento -7.400 millones de pesetas- y los que forman los fondos de I+D correspondientes a otras consejerías (unos 12.000 millones), se llega a una cifra de 19.400 millones, muy lejos todavía de los 30.000 que significaría alcanzar el mencionado 2% del PIB.

Barceló echa mano de un conocido estudio del profesor Pedro Nueno, del Instituto de Estudios Superiores de la Empresa (IESE), publicado en 1995 bajo el título El declivi industrial català, que destacó ya entonces que los catalanes "tienen una respuesta cada vez más débil a los productos nuevos, fruto de nuevas aplicaciones tecnológicas". En opinión de Barceló, lo que Nueno calificaba hace cinco años de panorama industrial desolador "no ha mejorado".