Rajoy acusa a Pujol de no haber estado "a la altura de las circunstancias" en el desfile de Barcelona

La celebración el pasado sábado del Día de las Fuerzas Armadas en Barcelona ha servido para que los gobiernos central y catalán evidencien su desencuentro, cuando se cumple un mes de ese gran brindis político que fue el sí de CiU a la investidura de José María Aznar. El vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy, acusó ayer al presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, de no haber estado "a la altura de las circunstancias" con su actitud ante la celebración del desfile en Barcelona.

"Lo que ha pasado [en Barcelona] son ganas de organizar un lío donde no había ninguna razón de que lo hubiera y ahora sólo cabe hacer una llamada a la responsabilidad", dijo.

"Lo más preocupante", agregó, aludiendo a Pujol sin citarlo, "es que quien tenga las mayores responsabilidades no esté a la altura de las circunstancias". Hay que tener en cuenta, subrayó, "que lo que se haga tiene un reflejo no sólo en los medios [de comunicación], sino también en el conjunto de la opinión pública", por lo que "la prudencia y la sensatez deben ser guía de la actuación política".

Esteve y la pared

El vicepresidente calificó además de "salida de tono con poco sentido" el discurso que pronunció Pujol el pasado domingo, en el que denunció el supuesto "expolio" que sufre Cataluña.

Convergència Democràtica (CDC) acusó inmediatamente recibo de las críticas de Rajoy. El PP coloca "ladrillos que van cerrando la puerta al diálogo" que CiU ha dejado abierta, advirtió el secretario general convergente, Pere Esteve. De esta manera el dirigente nacionalista quiso evidenciar el tenso momento que viven las relaciones entre el PP y CiU. Pese a ello, Esteve indicó que Convergència persigue negociar en Madrid y en Cataluña "y tiene voluntad de diálogo con el PP allá y con ERC aquí".

"No sé por qué se ha de prejuzgar y ver negativo el diálogo entre las fuerzas nacionalistas", apostilló. CiU está "a la espera de ver cómo las distintas fuerzas van decantando sus posturas", según Esteve, aunque "las posibilidades de hablar con el Gobierno del PP se van cerrando".

El presidente del PP catalán, Alberto Fernández Díaz, por su parte, salió en apoyo de Rajoy y acusó a los convergentes de instalarse en un escenario de "crispación" y de "nerviosismo nacionalista". "No es prudente estar instalado permanentemente en este grado de nerviosismo nacionalista que CiU está demostrando en las últimas semanas. Parece que entramos en una espiral de reivindicación y de crispación", advirtió Fernández Díaz a la coalición nacionalista en declaraciones a Catalunya Ràdio.

En tono conciliador, el ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, restó importancia al desaire que hizo Pujol al Rey, al abandonar precipitadamente la recepción celebrada en el Palacete Albéniz el Día de las Fuerzas Armadas para acudir a la final de la copa en Valencia, y reveló que había comunicado al presidente catalán que lamentaba el abucheo de que fue objeto al término del desfile, aunque subrayó que éste procedía del público y declinó cualquier responsabilidad del Ministerio de Defensa. Los abucheos a Pujol del pasado sábado partieron de las tribunas de invitados por el propio ministerio.