Las instalaciones de la nuclear Vandellòs I están desmanteladas en un 44%

El 44% del emplazamiento de la central nuclear Vandellòs I está desmantelado, según los últimos datos que facilitó ayer la Empresa Nacional de Residuos (Enresa), encargada de esta compleja operación. El presupuesto de la segunda fase del proceso es de 14.800 millones de pesetas y ha supuesto la contratación de 380 trabajadores. La central nuclear Vandellòs I fue clausurada tras el accidente que sufrió el 19 de octubre de 1989, el más grave ocurrido en una planta atómica española, clasificado en el nivel 3 de la escala de la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA).

El pasado abril concluyeron los trabajos que han permitido sellar el reactor, que permanecerá confinado hasta el año 2027, tras un periodo de latencia de 25 años, para garantizar la práctica desaparición de la radioactividad y liberar así el emplazamiento, en cumplimento del Plan de Desmantelamiento y Clausura aprobado por el Ministerio de Industria y Energía.

Las previsiones de la empresa Enresa permitirán alcanzar el 60% del desmantelamiento durante el mes de diciembre, pero en la zona convencional de la central y en las partes activas se habrá superado el 75%. El edificio del reactor tiene todavía 11.000 toneladas de residuos que perderán progresivamente durante este periodo el 95% de su capacidad radioactiva. Durante el año 2001 será desmontado el edificio de 80 metros de altura que ocupa ahora el reactor. Éste permanecerá aislado en el cajón recubierto por una nueva construcción de hormigón que lo protegerá del exterior. El proceso de sellado ha permitido tapar más de 1.700 penetraciones formadas por pozos de carga, entradas de agua de alimentación, y tuberías de vapor.

El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) aprobará en dos meses el Plan de Desclasificación de las 4.500 toneladas de material no contaminante, que será reciclado o trasladado a vertederos controlados y autorizados. Los residuos de baja y mediana radioactividad, unas 2.000 toneladas, serán transportados hasta el cementerio nuclear de El Cabril (Córdoba).