Israel considerará cualquier ataque desde Líbano "como un acto de guerra"

Israel ha salido de Líbano. El Ejército israelí finalizó ayer de madrugada su repliegue en la franja ocupada del sur de Líbano, poniendo fin a una ocupación que ha durado 22 años. La retirada, efectuada en 48 horas en medio de un caos absoluto, se ha producido un mes y medio antes de la fecha límite que el Gobierno israelí había previsto para el 7 de julio. El primer ministro israelí, Ehud Barak, advirtió de que cualquier disparo contra Israel desde territorio libanés será considerado "como un acto de guerra" y de que su Gobierno hará responsables tanto a Líbano como a Siria.

La puerta militar número 93, que comunicaba Israel con Líbano y que popularmente se la conoce con el nombre de la Buena Verja, quedó cerrada ayer a las 6.42 horas local. Dos soldados del batallón Golani fueron los encargados de ponerle un cerrojo a la cancela de alambre y hierro, después de que los últimos tanques y bulldozers, encargados de custodiar y proteger la retaguardia de los soldados, abandonaran la franja ocupada. La operación de salida del último contingente de soldados israelíes estuvo precedida por la voladura de algunos fortines y puestos de observación, entre ellos el castillo de Beaufort, una fortaleza del siglo XII, parcialmente restaurada en 1982 para servir de centro de escucha y vigilancia de las fuerzas israelíes sobre Líbano. La voladura del alcázar se convirtió, según testigos presenciales, en un verdadero fuego de artificios que iluminó por un momento la huida de las tropas ocupantes.

El Ejército de Israel se desplegó de inmediato por el interior de la frontera internacional de su propio país y empezó a patrullar a lo largo de la alambrada, cumpliendo así, con 22 años de retraso, la resolución 425 de la ONU. Mientras tanto, los guerrilleros shiíes de Hezbolá tomaron posesión de los últimos baluartes, incluido el puesto del mando central de Marjayoun, y se hicieron cargo de un último grupo de 180 milicianos cristianos del Ejército de Liberación del Sur de Líbano (ELS) que habían buscado refugio en el interior de un templo greco-ortodoxo y en cuya entrega intervinieron dos obispos llegados de Beirut.

En medio de la euforia de la victoria, guerrilleros del Hezbolá se hicieron con el control de diversas localidades. Aunque hubo saqueos en algunas poblaciones cristianas, no hubo en ningún caso actos de venganza organizada contra los familiares de los colaboracionistas.

La secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, declaró ayer en Florencia que Washington "apoyará plenamente" un protagonismo relevante de Francia en la fuerza de interposición de paz de Naciones Unidas en Líbano, informa Bosco Esteruelas. Por su parte, el ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, dejó entreabierta la posibilidad de que España participe llegado el caso en la fuerza multinacional.