Alemania incrementará su aportación a la fuerza europea de intervención rápida
¿Qué Ejército necesita Alemania diez años después de la guerra fría para hacer frente a los desafíos a su seguridad y poder acometer las nuevas misiones militares en el marco de la OTAN y de una identidad de defensa europea en gestación? Ésta es la pregunta básica detrás del informe que presenta hoy en Berlín el ex presidente federal, Richard Weizsäcker, que durante un año ha trabajado al frente de una comisión sobre el futuro de la Bundeswehr (el Ejército alemán).
El informe, del que se han filtrado detalles, es uno de los tres elementos a partir de los cuales el Gobierno, dirigido por el socialdemócrata Gerhard Schröder, elaborará su reforma militar. Los otros dos elementos son un informe del inspector general del Ejército y las ideas que expondrá el miércoles el ministro de Defensa, Rudolf Scharping. El objetivo del Gobierno es dar luz verde a la reforma militar el 14 de junio con el fin de poder integrarla en el presupuesto de 2001. En el horizonte está incrementar la participación alemana en las tropas de intervención especial de la Unión Europea, que, con unos efectivos de 50.000 hombres, debe estar lista para fines de 2002.Los tabúes para un debate amplio sobre el futuro del Ejército se rompieron en Alemania en marzo de 1999, cuando el Gobierno formado por socialdemócratas y verdes de tradición pacifista ordenaron la participación de la Bundeswehr en una acción bélica por primera vez desde la II Guerra Mundial.
La experiencia de Kosovo "normalizó" la actividad exterior del Ejército alemán tanto para esta institución como para el ciudadano de a pie, pero sirvió también para constatar que los alemanes no estaban preparados para hacer frente a las situaciones de crisis internacional que exigen acción rápida.
Bajo presupuesto
Como el resto de los europeos, Alemania carece de personal preparado, armamento moderno, transporte y espionaje militar. En el caso alemán, la posibilidad de remediar las deficiencias es peor que en otros países, ya que el presupuesto está por debajo del listón del 2% del PIB, que el ministro de Defensa estadounidense, William Cohen, considera como el mínimo necesario para mantenerse al día en las nuevas tecnologías. Alemania, que en 1988, durante la guerra fría, tenía un Ejército de casi 500.000 hombres y gastaba un 3% de su PIB en defensa, dedica ahora un 1,5% a esta finalidad (EEUU, un 3,2%, y Francia y Gran Bretaña, un 2,8%). El Ejército alemán tiene 320.000 hombres, de los cuales 135.000 cumplen servicio militar obligatorio.
La Constitución alemana establece que el Gobierno ha de velar por la defensa del territorio nacional. Esta tarea se ha hecho relativa, a la vista de que las amenazas a la seguridad de Alemania (flanqueada de vecinos miembros de la OTAN por el Este y por el Oeste) son hoy de otra naturaleza a las que existían durante la guerra fría. Paralelamente, la situación en Yugoslavia ha mostrado la importancia creciente de poder actuar con unidades móviles en una situación de crisis fuera del territorio nacional. Berlín quiere hacer compatibles sus obligaciones constitucionales y los nuevos desafíos sin aumentar el presupuesto.
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