Estampas siberianas

Gritos, susurros, aullidos, gemidos, relinchos... Con DJ incluido, Sainkho se presentó como una Laurie Anderson esteparia. Las reacciones iban desde la decepción, por su alejamiento de las raíces y el uso del inglés como vehículo de (in)comunicación, hasta la admiración ante su capacidad vocal, influida por los cantos de los lamas y los chamanes. Ella pasaba de canturrear una bucólica canción de amor a recrear el clima siniestro de un campo de exterminio. Sainkho nació en Tuva, lugar que pocos sabrían localizar en un mapa y en el que, por lo oído, logopedas y foniatras deben tener poco trabajo. De aquellas inhóspitas tierras siberianas procede también Yat-Kha, grupo con nombre de cítara oriental, formado por guitarra y bajo eléctricos y batería.Para compensar traen un chelo de dos cuerdas de pelo de équido y voces guturales que parecen presagiar la llegada de la bestia: ese khoomei que, a fuerza de mover laringe, lengua y mandíbula, permite crear a la vez melodía y acompañamiento desde los armónicos de la nota fundamental. Son unos rockeros de la taiga que le cantan al río Yenisei y a los caballos que desde los tiempos de Gengis Jan recorren las infinitas llanuras asiáticas.