La cultura protagonizará la promoción turística de Barcelona hasta 2004
Barcelona és cultura. Éste será el lema que utilizará Turismo de Barcelona, un consorcio integrado por el Ayuntamiento y la Cámara de Comercio, para promocionar la ciudad entre los potenciales turistas. De forma específica, cada año se enfatizará un aspecto concreto de la oferta cultural de la ciudad. Éste es el de la música, el año 2001 se dedicará al arte, el 2002 a la arquitectura y Gaudí, el 2003 al deporte y el 2004 al Fòrum 2004.
Los ingresos por turismo representan ya el 14% del producto interior bruto de la ciudad. Según datos de Turismo de Barcleona, en 1999 este sector generó unos ingresos de 208.800 millones de pesetas, de los que 70.200 millones provienen de la ocupación hotelera (que alcanza una media anual del 81%) y el resto, de los gastos turístios en restauración, compras, ocio y visitas culturales. Los responsables de Turismo de Barcelona están contentos, pero temen que pueda haber un descenso si se abandona la tarea de promoción. "Hasta ahora hemos vendido Barcelona a diferentes públicos posibles", afirmó ayer Pere Duran, director de la entidad. "Ahora nuestro objetivo es el año 2004. Hasta esta fecha nos hemos inventado el paraguas del lema Barcelona es cultura. Y esto quiere decir que necesitábamos imaginarnos algo nuevo cada año". Duran aclara que "Turisme de Barcelona se dedica a promocionar lo que hay, no a programar ni invertir en actividades culturales".Teniendo en cuenta "lo que hay", la entidad ha planteado cinco campañas diferenciadas por años. En 2000, aprovechando que el pasado año se reabrió el Liceo y se inauguró el nuevo Auditorio, la música será la protagonista de la promoción. 2001 se centrará en el arte en función de la intención de celebrar la primera Trienal de Arte. Esta celebración, que oficialmente el Ayuntamiento de Barcelona aún no ha presentado y cuyo programa se desconoce, parece tener asegurada su celebración, al menos comienza a figurar ya en las agendas de los operadores turísticos especializadas en cultura.
El año más claro es 2002, que el Ayuntamiento de Barcelona dedica a conmemorar el 150 aniversario del nacimiento de Antoni Gaudí. La cantidad de exposiciones, actividades y estudios dedicadas al arquitecto de La Pedrera servirán de señuelo para el turismo que, por otra parte, siempre ha tenido en Gaudí y el modernismo uno de sus principales centros de interés. 2003 será el año del deporte en función de la celebración en la ciudad del Campeonato del Mundo de Natación, los World Police and Fire Games (campeonato deportivo de policías y bomberos), el Campeonato de Europa de hockey hierba y las otras citas deportivas habituales de la temporada. Por último, 2004 se dedicará al Fòrum 2004, en el que se prevé haya múltiples actividades de carácter cultural.
"Aunque a nosotros pueda parecernos que se pueden hacer muchas más cosas para ampliar la oferta cultural de la ciudad, lo cierto es que la percepción que se tiene de Barcelona desde fuera es muy favorable", afirmó Pere Duran. "Entre los aspectos más valorados por los turistas, los tres primeros están relacionados con la cultura". El primero, con 8 puntos sobre 10, es la oferta arquitectónica, y va seguido de la cultural (7,9%) y de la de ocio-entretenimiento (7,7%). "Barcelona está haciendo la apuesta por el turismo cultural y tanto el sector turístico como el cultural están entendiendo que pueden beneficiarse mutuamente", añadió Duran. Pese a ello, no cree que esto provoque de inmediato un aumento en las inversiones culturales. "Estas cosas van más lentas porque el turismo es un sector muy primario que busca el beneficio a corto plazo, y las inversiones culturales tienen un ritmo lento".
Este año, la entidad tiene un presupuesto de 1.060 millones de pesetas, de los que 380 los aportan a partes iguales el Ayuntamiento de Barcelona y la Cámara de Comercio y el resto proviene de ingresos propios. Además del cultural, Turismo de Barcelona potencia otras ofertas -como la de cruceros o la de congresos-, ha reducido por falta de plazas la educativa y está en abierta competencia con las ciudades de Viena, Amsterdam y Berlín para captar el turismo homosexual, especialmente el de Estados Unidos, que tiene fama de ser pacífico, poco problemático y muy generoso a la hora de gastar en sus lugares de vacaciones.
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