Ataques a un diario, un cuartel y una oficina del Inem en el País Vasco
Un fin de semana más saboteadores próximos a ETA volvieron a ocultar sus rostros con pañuelos para proseguir con su particular campaña de terrorismo callejero en el País Vasco y Navarra. La madrugada de ayer sus objetivos fueron una oficina de El Diario Vasco en San Sebastián, el cuartel de la Guardia Civil en Murgia (Álava), una oficina del Inem, un cajero y una cabina en Bilbao y varios contenedores de basura en Navarra. Los daños materiales de estos ataques cuestan 500 millones de pesetas anuales, según la Policía Nacional.
El sabotaje de mayores consecuencias fue el que se produjo contra una oficina del Inem en la calle de Jaén del barrio bilbaíno de Rekalde. Los autores del ataque rompieron la persiana de entrada al local y los cristales, se introdujeron en las oficinas y, una vez dentro, provocaron el incendio. El fuego destruyó las instalaciones y el material que se encontraba almacenado. También en la capital vizcaína grupos de encapuchados lanzaron artefactos incendiarios contra un cajero del BBVA y una cabina de teléfonos. El alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, del PNV, mostró su "indignación" por estas acciones, ya que, según dijo, "amedrentan a la población, generan destrucción de enseres públicos y privados, y dificultan la convivencia pacífica". Azkuna pidió la desaparición de la kale borroka (lucha callejera) y todo tipo de violencia porque "aumenta y prolonga el dolor de la sociedad y dificulta el camino hacia la paz".
En Guipúzcoa, el objetivo elegido fue una oficina de El Diario Vasco, ubicada en la calle de Santa Catalina de San Sebastián. Varios desconocidos colocaron al pie de la persiana una botella de plástico con pólvora que explosionó sin apenas causar daños materiales. En los últimos meses ese periódico ha sido objeto de cuatro ataques violentos, el último en Tolosa (Guipúzcoa), donde grupos violentos arrojaron tres cócteles mólotov contra las instalaciones que posee para la elaboración de la edición comarcal. Los artefactos causaron daños materiales leves. Ese diario es junto a El Correo son los periódicos más leídos en Euskadi.
En el cuartel de la Guardia Civil de Murguía (Álava) cinco encapuchados arrojaron artefactos incendiarios contra el edificio. El ataque está grabado por las cámaras de seguridad del cuartel, aunque será difícil su identificación, según el delegado del Gobierno en el País Vasco, Enrique Villar, debido a que los agresores tenían el rostro oculto. Los cócteles mólotov estaban compuestos de gasolina y ácido. La mezcla, según Villar, una vez que el artefacto explota puede provocar importantes quemaduras en las personas. Tres de los cócteles arrojados por los encapuchados alcanzaron la fachada del edificio, aunque sin llegar a explosionar, y uno de ellos rompió el cristal de una ventana. Este último artefacto impactó en la vivienda de un primer piso, donde reside un guardia civil con su familia. Los atacantes, según Villar, procedían de las fiestas de Vitoriano, pueblo próximo a Murguía "donde se confundieron con la gente que se divertía" . La vigilancia del cuartel avistó a los atacantes a través de las cámaras de seguridad. Sin embargo, según Villar, la acción de los agresores fue tan rápida que impidió a los agentes capturar a los agresores.
Villar pidió a los jóvenes que participan en la violencia callejera que "dejen de hacer estas salvajadas, que no van a conseguir nada". "No nos vamos a ir, la Guardia Civil y la Policía Nacional van a seguir en el País Vasco con sus cometidos". Dijo que los que participan en la kale borroka "lo único que quieren es destruir, porque esto no tiene ninguna finalidad. A ventana quemada, nueva puesta, y si seguimos en esa escala, siempre habrá una persona que pueda cubrir una baja".
En Navarra, los alborotadores incendiaron contenedores de basuras en Olaz Subiza, Burlada y Beriain. Los bomberos se tuvieron que trasladar a esos tres puntos para sofocar los incendios.
En 1999, se contabilizaron 390 actos vandálicos en el País Vasco y Navarra. El Gobierno vasco gestionó 83 millones de pesetas en ayudas, al margen de las cantidades que paga el Consorcio de Compensación de Seguros. En enero y febrero de este año el Departamento de Interior sumó 127 sabotajes.
Pintura roja en la sede del PP
El senador del PP por Guipúzcoa Gonzalo Quiroga ha pedido la dimisión de los mandos políticos de la Ertzaintza por ser incapaces de dar respuestas a situaciones como el simulacro de asesinato que protagonizaron simpatizantes de Euskal Herritarrok el sábado delante de la sede de los populares en San Sebastián. Tres personas vestidas de blanco y con los rostros cubiertos colocaron carteles en favor de los presos en la sede del PP y vertieron pintura roja sobre su ropa a modo de sangre, simulando un asesinato. En la sede socialista, ubicada en la misma calle que la del PP, pusieron sendas fotos de José Ignacio Zabala y José Antonio Lasa, asesinados por los GAL.
El dirigente popular lamentó "la impunidad con la que los radicales se han adueñado de las calles" e insistió en la necesidad de "castigar con la ley en la mano a quienes apoyan el terror", al tiempo que demandó "medidas preventivas por parte de la Ertzaintza".
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