PNV y EA no regresarán a la asamblea de municipios vascos hasta que ETA deje de matar

Tras forzar la suspensión de la asamblea general de Udalbiltza -la organización que agrupa a los ediles nacionalistas de Euskal Herria- prevista para el día 27, PNV y EA aumentaron ayer la presión sobre Euskal Herritarrok y ETA al advertirles de que la asamblea de electos no volverá a reunirse mientras persista la violencia. El parón que el nacionalismo democrático impone en su colaboración con el independentismo radical no supone renunciar al Pacto de Lizarra, pero deja claro que éste es incompatible con los atentados, la coacción y la kale borroka. "Algunos pretenden actuar como si aquí no se pusieran bombas y se asesinara, y en esa línea no estamos", dijo ayer Gorka Knörr (EA), dirigiéndose a EH.

Al igual que Knörr, secretario general de Eusko Alkartasuna, el portavoz del PNV en el Congreso, Iñaki Anasagasti, precisó que con la paralización de las plataformas políticas nacidas del Pacto de Lizarra los nacionalistas moderados buscan una clarificación de EH, la marca electoral de Herri Batasuna, respecto a la violencia. "Cuando se mata y una organización política no condena, lo que hay que hacer es ser muy firme y decirle a HB que por ese camino no va a ninguna parte", agregó Anasagasti. En la misma línea se pronunció el portavoz del PNV, Joseba Egibar, para quien es incompatible buscar una acción concertada de los ediles nacionalistas y la pervivencia de los actos de violencia.EH no se pronunció ayer sobre la decisión del PNV y EA de no regresar a la asamblea de Udalbiltza, pese al revés que supone para la formación que lidera Arnaldo Otegi este parón en la asociación que, tanto EH como ETA, aspiran a convertir en embrión de un futuro "Parlamento nacional" de Euskal Herria. Se remitió a la rueda de prensa que darán hoy sus portavoces.

La ejecutiva nacional del PNV también analizará hoy en Bilbao la tensa situación planteada. Las relaciones entre los nacionalistas democráticos y EH atraviesan por su peor momento desde que ETA anunció el fin de su tregua. La suma de cuatro asesinatos -el último el del fundador del Foro Ermua José Luis López de Lacalle- y la difusión por parte de la banda terrorista de las reuniones mantenidas en su día con PNV y EA han resquebrajado la unidad nacionalista.

PNV y EA notificaron su decisión de suspender la asamblea en la reunión que el pasado martes celebró en Alsasua (Navarra) la comisión permanente de Udalbiltza y será oficial en un nuevo contacto que esa comisión celebrará el próximo martes en Beasain (Guipúzcoa). La suspensión es un duro golpe, por la trascendencia que conceden ETA y EH a la asamblea de electos, si bien las funciones de este foro han quedado difuminadas y claramente rebajadas respecto a la intención del independentismo radical de convertirlo en un órgano "constituyente".

Los malos resultados de las elecciones locales celebradas el pasado 13 de junio enfriaron la euforia inicial de su constitución, ante la constatación de que, salvo en Bilbao y Getxo, la plataforma nacida del Pacto de Lizarra el 6 de febrero de 1999 en Pamplona -una vez que ETA había decretado la tregua y se había iniciado la colaboración entre los nacionalistas- es minoritaria en las ciudades vascas. La segunda, y hasta ahora última asamblea general, se celebró el pasado 18 de septiembre.

La interpretación que han hecho los no nacionalistas de este aplazamiento divergen. El presidente de CDN, Juan Cruz Allí, cree que la decisión del PNV no es un "simple gesto" de los nacionalistas, sino que supone el anuncio de la separación de este partido del Pacto de Lizarra, algo que ve con "esperanza" el secretario general de los socialistas navarros, Juan José Lizarbe. En cambio, el PP no abandonó su habitual discurso de confrontación con el PNV. Según el PP vasco, "no vale con gestos, como aplazar una asamblea", sino que hay que recuperar referencias democráticas y "el PNV todavía no lo ha hecho".