Sólo faltan 26
Se celebró la segunda corrida de feria; al terminar, la afición echó cuentas y tuvo la grata sensación de que esto ya va de vencida: sólo faltan 26. La vida corre, el mundo rueda.No se sabe si son también 26 (allá se andarán) las oportunidades que han tenido, en Madrid, El Fundi y Luis Miguel Encabo para triunfar de una vez por todas -rompé dicen los taurinos- y despejarse el camino hacia los puestos altos del escalafón. Pero parece como si les diera lo mismo.
Barrunta la afición que los ponen en las 26 corridas que quedan, juntos o barajados con otros que están en su mismo caso, y seguiríamos en las mismas. Importa igual corridas duras que blandas: de algunos detalles, de ciertos prontos, de banderillear fuera cacho, no pasan.
Fraile / Frascuelo, Fundi, Encabo Cinco toros de Juan Luis Fraile (cuatro fueron rechazados en el reconocimiento), desiguales de presencia, en general terciados, con trapío; dos inválidos (uno devuelto); bravucones en varas; 1º bronco, nobles los demás
5º de Julio de la Puerta, con trapío, inválido, noble. 6º sobrero de Criado Holgado, muy serio, noble. Frascuelo: estocada caída y rueda de peones (silencio); estocada corta caída (silencio). El Fundi: pinchazo hondo, rueda de peones -aviso- y descabello (palmas y pitos); estocada trasera caída perdiendo la muleta y rueda insistente de peones (división y saluda). Luis Miguel Encabo: estocada baja, rueda de peones y descabello (silencio); dos pinchazos, estocada ladeada y descabello (silencio). Plaza de Las Ventas, 14 de mayo. 5ª corrida de abono, 2ª de feria. Lleno.
Con los toros de Juan Luis Fraile se repitió la historia. Venía esta corrida rodeada de enorme expectación por el juego encastado, no exento de peligro, que exhibieron en la edición anterior de la feria, y esto era prueba de que a El Fundi y a Encabo, por su modesta posición, los mandaban a la guerra en calidad de soldados de cuota. Sin embargo la corrida salió atacada de blandura y nobleza; y que si quieres arroz...
La verdad es que decepcionó a los aficionados en tanto debió alegrar las pajaritas a los toreros. Plantaron las pezuñas en la arena los de Fraile, y pudo apreciarse que no es tan fiero el león como lo pintan. Salieron haciendo cosas de mansos, pelearon discretamente en varas, tomaron los engaños sin comerse a nadie y varios de ellos, por su pastueña boyantía, les brindaron el éxito a los toreros. Pero lo dicho: que si quieres arroz...
Para mayor sorpresa, el toro sustituto de Julio de la Puerta y el sobrero de Criado Holgado se comportaron de dulce. Lidiados en último lugar traían las orejas puestas, sí, aunque prendidas con alfileres para regalárselas al primero que pasara por allí.
El primero en pasar por allí fue El Fundi, que no se las llevó ni nada. Mala tarde de este Fundi contradictorio que había empezado de maravilla. Recibió al segundo toro con unas verónicas excelentes, cargando la suerte y ganado terreno, y a juego la media verónica de remate; lo llevó al caballo mediante un suave galleo por chicuelinas; lo puso en suerte otra vez con un capotazo maestro, de esos que son sólo patrimonio de los lidiadores consumados... Y ahí se acabó la que se presumía tarde grande y definitiva de El Fundi.
Porque llegó el turno de muleta y a El Fundi le costaba reunir; ni se proponía ligar. Lo mismo le ocurrió con el quinto, de Julio de la Puerta, que por el pitón izquierdo le tiró algunos derrotes mientras por el derecho le embistió con sobrada nobleza para la interpretación del toreo bueno. Y no fue capaz ni de reunir ni de ligar según dios manda y la afición bendice.
Banderilleó atlético y ardoroso El Fundi y le cedió los palos a Luis Miguel Encabo, que le dio similar réplica. Luis Miguel Encabo no se iba a dejar ganar la partida en banderillas. Ahora bien, llegaron los turnos de muleta y ahí ya se lo pensó de otra manera. Tuvo un nobilísimo toro de Fraile (que, por cierto, se partió un cuerno) al que aplicó larga faena sin gustarse ni sacarle partido. Y otro boyante de Criado Holgado -el sobrero- al que pegó pases por todo el redondel sin conseguir hacerle el toreo en ningún terreno.
Frascuelo tampoco dio la talla. Se explican sus precauciones con el primer toro, que desarrolló bronquedad, mas no su desconfiado trastear al cuarto, que también llevaba las orejas en ofrenda. De cualquier forma es caso distinto Frascuelo. Tiene un historial y una edad, y ya ha demostrado su torería numerosas veces en esta misma plaza, aun contando con menos oportunidades que sus colegas.
Sólo 26 faltan... El mundo rueda y el Planeta de los Toros va a su bola. Claro que si esas 26 corridas son como la de ayer, a algún aficionado conspicuo le puede dar un mal pensamiento e irse para el Viaducto.
Babelia
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