ETA reniega del Parlamento vasco

La hipótesis -apuntada ayer en Madrid por el portavoz del PNV, Joseba Egibar- de que Euskal Herritarrok (EH) no se presentará a las próximas elecciones vascas, sino que propugnará la abstención, como en las recientes generales, es algo más que una posibilidad. Es la consecuencia lógica de la línea marcada por ETA.En el comunicado que la organización terrorista difundió a finales de febrero -asumiendo, entre otros atentados, el asesinato del dirigente socialista vasco Fernando Buesa-, aseguraba que la actual situación política "exige acabar definitivamente con las instituciones surgidas de la imposición española, una de las cuales es la CAV [Comunidad Atónoma Vasca]".

El rechazo de ETA a las instituciones surgidas del Estatuto de Gernika no es nuevo. Lo que sí resulta novedoso es su descalificación como instrumento táctico.

"Al fin y a la postre", afirmaba ETA en tono autocrítico, "fallamos al hacer la valoración de su gobierno [de Ibarretxe] el año pasado, y al dar por bueno el grupo que formó para gestionar la transformación en un marco político-jurídico nuevo del agotado marco autonómico".

"Sí que es un buen gestor", agregaba en referencia al lehendakari, "pero no de los intereses de Euskal Herria, sino de los que España tiene en Araba, Bizcaia y Gipuzkoa. En la medida en que la estructura administrativa de la CAV, más que una ayuda para la reconstrucción de Euskal Herria, está actuando como obstáculo, el propio Ibarretxe aparece como obstáculo".

"Las instituciones de la partición", concluía el comunicado, "además de agotadas y muertas, se muestran como punto de partida imposible para superar el conflicto y, como consecuencia, alimentan ese mismo conflicto".

El mensaje es claro: si las instituciones vascas, incluido su Parlamento, constituyen un obstáculo para el logro de sus objetivos, la izquierda abertzale no debe participar en ellas, sino sabotearlas. Algunos observadores han deducido de los últimos documentos de la banda que ésta no vería mal, más bien al contrario, que Jaime Mayor Oreja fuese el próximo lehendakari, para así dejar patente el carácter españolista de las instituciones autonómicas.

Respuesta de HB

La respuesta de HB al comunicado de ETA llegó el 17 de marzo, en forma de un artículo del miembro de su Mesa Nacional José María Olarra, publicado en el diario Gara. "A primera vista resulta desconcertante y contradictorio: denostamos el modelo autonomista y luego lo apuntalamos. [...] Por supuesto, nuestra estrategia no pasa por el Gobierno vascongado y menos por afianzarlo", se defendía.

Tras enumerar los beneficios obtenidos del apoyo a Ibarretxe -el principal, la ruptura del Pacto de Ajuria Enea-, Olarra terminaba preguntándose: "El problema es si nos vamos a cerrar las vías de intervención nosotros mismos. Porque ahí están, abiertas, aunque contradictorias".

El debate está planteado. Los dirigentes de HB saben que, si renuncian a participar en el Parlamento vasco, perderán una plataforma de proyección pública y, sobre todo, un potente instrumento de presión sobre el PNV. Además, muchos de sus electores no secundaron su consigna abstencionista en las elecciones generales y es más que dudoso que lo hicieran en las autonómicas. Pero, hasta ahora, no hay precedentes de que HB se haya apartado un milímetro de la línea de ETA.