Celia Villalobos ficha a un médico condenado por los tribunales
El primer nombramiento hecho por la nueva ministra de Sanidad, Celia Villalobos, promete ser polémico. La ministra ha nombrado como asesor de su departamento a Ramiro Rivera, un médico de 67 años que en 1987 fue condenado por la Audiencia Provincial de Madrid a cuatro años de suspensión de funciones, por graves faltas disciplinarias cometidas cuando era jefe del servicio de Cirugía Cardiovascular del hospital Gregorio Marañón (antes denominado Provincial). La sentencia del tribunal consideró que Rivera desvió pacientes a su consulta privada y cambió la jornada laboral a un médico con objeto de facilitar la asistencia de sus enfermos privados en otro centro, además de disminuir la actividad quirúrgica de su departamento, lo que la Audiencia también confirmó, si bien eximió al facultativo de "intervención maliciosa".
Previamente, en febrero de 1982, Rivera ya había sido expedientado y apartado del servicio en el hospital por estos hechos. Poco después, a mediados de 1982, fue elegido presidente de la Organización Médica Colegial y durante el tiempo que ocupó tal cargo, hasta 1986, ejerció una beligerante oposición a la política sanitaria del PSOE, que luego continuó como diputado del PP.
"Falta de decoro"
Respecto al expediente, siempre alegó que la última palabra la tenían los tribunales. Este periódico pidió ayer al Ministerio de Sanidad hablar con el nuevo asesor, pero éste no contestó a la llamada. La sentencia citada recoge el caso de un paciente al que mantuvo en el hospital público durante 45 días, le dio de alta y, en breve, le operó en el Hospital Alemán, cobrándole honorarios, lo que, según la sentencia, "no deja de ser sorpresivo y constituye una falta de decoro y dignidad profesional".
Ramiro Rivera se enfrentó radicalmente a las reformas sanitarias del PSOE. Consideró que éstas no contaban con los médicos. Defiende el sistema mixto de sanidad pública y privada, y fue radicalmente contrario a los incentivos de exclusividad puestos en marcha por los socialistas para garantizar la total dedicación a la medicina pública. Pidió tiempo y medios para que los facultativos pudieran atender mejor a los pacientes y la libre elección de médico y hospital.
Acusado de extremadamente liberal y defensor de la sanidad privada, Rivera denunciaba en un artículo publicado en EL PAÍS en 1985 el hecho de que una cama en el Insalud costara el doble de lo que este mismo instituto pagaba por una cama en un hospital concertado, e insistía en la necesidad de no desaprovechar un solo hospital en la red asistencial, siempre "que reúna la condiciones técnico-sanitarias exigibles".
Sanidad es el único ministerio que no llevó al Consejo de Ministros del pasado viernes los nombramientos de segundo nivel, cosa que ocurrirá probablemente el próximo viernes.
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