Siria y Egipto culpan a Israel del bloqueo de las conversaciones de paz
Los presidentes sirio, Hafez el Asad, y egipcio, Hosni Mubarak, se reunieron ayer durante cerca de dos horas en El Cairo para coordinar la estrategia del proceso de paz en la región y preparar la celebración de una cumbre extraordinaria de la Liga Árabe, que podría llevarse a término antes del principio del verano. Sirios y egipcios coincidieron en su diagnóstico al acusar a Israel de ser el responsable del atasco del proceso de paz.
Los ministros de Asuntos Exteriores sirio y egipcio, Faruk al Chareh y Amr Musa, convertidos en portavoces del encuentro, señalaron que "el Gobierno del primer ministro [Ehud] Barak no ha hecho ni hará esfuerzos serios para alcanzar una paz social en la región".El encuentro de los dos líderes árabes, los dos más importantes e influyentes de la región, se ha celebrado en un momento políticamente delicado mientras las negociaciones de los israelíes con los palestinos parecen alargarse indefinidamente, a pesar de los esfuerzos de la Casa Blanca, y el diálogo de los israelíes con los sirios continúa bloqueado desde hace más de cuatro meses.
En este contexto, los dos jefes de la diplomacia anunciaron que la primera semana de junio se celebrará en El Cairo una cumbre de los países firmantes de la Declaración de Damasco -Egipto, Siria y las seis monarquías de el Golfo- que servirá de preparación a una reunión extraordinaria de la Liga Árabe, que presumiblemente podría llevarse a término antes del verano.
A la misma hora en que Asad y Mubarak se encontraban reunidos en la capital egipcia, el primer ministro israelí, Ehud Barak, anunciaba por primera vez públicamente, como si tratara de avanzarse a las críticas de los líderes árabes, la intención de su Gobierno de transferir a los palestinos los tres barrios de Jerusalén este (Abu Dis, Azarieh y Suwahara) confirmándose así los rumores difundidos a lo largo de la semana pasada con ocasión de las negociaciones celebradas bajo la tutela del emisario de la Casa Blanca, Denis Ross.
"Las tres localidades serán transferidas a los palestinos en el próximo mes o en las próximas semanas", aseguró Barak por la radio estatal israelí, mientras añadía que la mayor parte de los territorios de Cisjordania bajo control civil palestino pasarían a depender también totalmente del Gobierno autónomo de Yasir Arafat, y corroboraba por último la decisión de su gabinete de apoyar la formación de un Estado independiente de Palestina.
El mensaje intencionadamente tranquilizador de Barak tenía su contrapunto en el norte, donde los aviones israelíes volvieron ayer a bombardear el sur de Líbano, después de una serie de escaramuzas e intercambios de disparos entre el Ejército hebreo y la guerrilla islamista del Hezbolá. En pleno rebrote de la tensión, el general Antoine Lahad, jefe del Ejército libanés aliado de Israel -Ejército de Liberación del Sur de Líbano-, reclamó ayer públicamente al Gobierno de Beirut el perdón y la amnistía para todos sus hombres, aceptando al mismo tiempo ser excluido de cualquier medida de gracia. "La mejor solución es promulgar una amnistía general similar a la de 1991 respecto a los crímenes cometidos durante la guerra", señaló, y añadió: "Estoy dispuesto a asumir la total responsabilidad y ser excluido del decreto de amnistía general, que solicito para mis hombres".
Lahad, general retirado del Ejército libanés, recordó que los habitantes del sur "comenzaron a proveerse de armas desde 1976, dos años antes de la entrada de Israel en la zona, para combatir la tiranía y los abusos de los palestinos, y siempre han esperado impacientes que el Estado extienda su autoridad en esta región".
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