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Aznar utiliza el nombramiento de altos cargos para reforzar al 'núcleo duro' de su Gobierno

Luis R. Aizpeolea

Los hombres fuertes del Gobierno de José María Aznar han salido reforzados con los 48 nombramientos de altos cargos que ayer aprobó el segundo Consejo de Ministros de esta legislatura. El interés de los vicepresidentes primero y segundo, Mariano Rajoy y Rodrigo Rato; y de los ministros de Exteriores, Josep Piqué, y del Interior, Jaime Mayor, por disponer de sus propios equipos ha recibido el beneplácito de Aznar, lo que ha originado un gran baile de secretarios de Estado entre los ministerios. De los 18 altos cargos designados ayer, 10 cambian de departamento; cinco siguen en los mismos y otros tres proceden de fuera. Sólo una decena de los 48 nombramientos de segundo nivel de ayer son nuevos.

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José María Aznar ha dedicado una parte importante de las dos primeras jornadas efectivas de su segunda presidencia de Gobierno a despachar con sus ministros los nombramientos de los segundos niveles del Ejecutivo, los secretarios de Estado. Ayer llevó al Consejo de Ministros los más importantes, a falta de los de Sanidad, Agricultura y algunas secretarías de Estado asimiladas.Un rasgo característico de los nombramientos es que Aznar mantiene la mayoría de los secretarios de Estado que nombró en mayo de 1996, muchos en ministerios cambiados, pero sin ascenderles al rango de ministros. Sólo hay dos excepciones que rompen la norma, la de Juan Carlos Aparicio, que pasó de secretario de Estado de la Seguridad Social a ministro de Trabajo a menos de un mes de las elecciones del 12-M, tras la dimisión de Manuel Pimentel, y la de Cristóbal Montoro, ascendido a ministro de Hacienda la pasada semana desde la Secretaría de Estado de Economía.

Esta norma se generaliza en los 48 nombramientos del Consejo de Ministros de ayer, en los que además de secretarios de Estado, hay subsecretarios, jefes de Gabinete de los ministros y otros puestos de responsabilidad. De ellos, 22 cambian de ministerio; 17 siguen en el mismo y nueve vienen de fuera de la Administración Central del Estado.

Aznar ha combinado el criterio de facilitar que sus ministros con más peso -Mariano Rajoy, Rodrigo Rato, Josep Piqué y Jaime Mayor- formen sus propios equipos, pero ha salvaguardado también que sus secretarios de Estado no queden descolgados, con alguna excepción como la del ex secretario de Estado de Comunicación, Pedro Antonio Martín Marín o de la ex secretaria de Comercio y Turismo, Elena Pisonero. Esto explica también el baile de los secretarios de Estado entre los ministerios, otro de los rasgos de los nombramientos del Consejo de Ministros de ayer. De los 18 designados ayer, diez cambian de ministerio, sólo tres vienen de fuera de la Administración central y otros cinco siguen en el mismo departamento.

Renovación en Vicepresidencia

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Así, el vicepresidente primero, Mariano Rajoy, ha renovado totalmente el equipo de Francisco Álvarez Cascos en la Vicepresidencia Primera del Gobierno y se ha llevado a todo su equipo de confianza en el Ministerio de Administraciones Públicas, primero, y en Educación y Cultura, después. Así, Jorge Fernández será secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, cargo que ya ocupó en los Ministerios de Educación y de Administración Territorial; Ana Pastor será subsecretaria, como ya lo fuera en Educación; Francisco Marhuenda, ex jefe de Gabinete de Rajoy, ocupará el cargo de director general de Relaciones con las Cortes. El jefe de Gabinete de Rajoy será Francisco Villar, que pasó por las secretarías de Estado de Administración Pública y de Deportes.

El también poderoso vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía, Rodrigo Rato, ha buscado un hueco a Juan Costa, su ex secretario de Estado de Hacienda, como secretario de Estado de Comercio y Turismo. También cabe destacar el ascenso de Enrique Giménez Reyna de director general de Tributos a secretario de Estado de Hacienda como número dos de Cristóbal Montoro, hombre de confianza de Rodrigo Rato.

El ministro de Exteriores, Josep Piqué, también ha hecho valer su peso en el Gobierno. Se ha traído como secretario de Estado de Asuntos Exteriores a un hombres de su confianza, Miquel Nadal, que rompe los moldes del ministerio para los altos cargos al no ser diplomático. Nadal es licenciado en Económicas y Empresariales y ha sido director del Gabinete de Piqué en el Ministerio de Industria. Asimismo, contará con su jefe de prensa, Iñaki Garay, en paralelo a la Oficina de Información Diplomática (OID). La decisión de Piqué de introducir altos cargos fuera de la carrera diplomática no ha provocado tensiones con Aznar. Más bien, todo lo contrario.

Piqué ha atendido a una sugerencia del jefe del Ejecutivo y ha situado en otra de sus tres secretarías de Estado, la de Cooperación Internacional e Iberoamérica, a Miguel Ángel Cortés, un "histórico" del llamado clan de Valladolid que arropó a Aznar en sus inicios. También ha mantenido a Ramón de Miguel al frente de la de Asuntos Europeos.

Gómez Angulo, a Deportes

Una secretaría de Estado que no quedó cubierta ayer es la de Deportes. En el Consejo de Ministros de la semana que viene se hará efectivo el nombramiento de Juan Antonio Gómez Angulo, hasta ahora primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Madrid, para este cargo.

En cuanto al ministro del Interior, Jaime Mayor, cabe destacar el nombramiento como número dos de su ministerio, en la delicada Secretaría de Estado para la Seguridad, de Pedro Morenés, un vasco ligado al mundo de la empresa. Fue el propio ex secretario de Estado para la Seguridad Ricardo Martí Fluxá quien sugirió a Mayor el nombre de Morenés para sustituirle.

Además de Morenés, destaca el trasvase de José María Michavila de la Secretaría de Relaciones con las Cortes a la de Justicia como consecuencia del nombramiento por Rajoy de Jorge Fernández como secretario de Estado de Relaciones con las Cortes. El trasvase de Miguel Ángel Cortés responde al mismo esquema. Aznar le buscó acomodo en Exteriores con Piqué al no contar con él en Cultura la titular de Educación, Cultura y Deportes, Pilar del Castillo.

Lo mismo sucede con Fernando Díez Moreno, al que ha reclamado el titular de Defensa, Federico Trillo, como secretario de Estado para sustituir a Morenés. Díez Moreno ha sido subsecretario de Economía y Hacienda con Rato.

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