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Reportaje:ANDALUCÍA EN FIESTAS

Los patios de Córdoba se gustan en mayo

De entre todos los festejos que jalonan el mes de mayo en Córdoba, quizá sea el más singular el denominado Festival de los Patios que combina actuaciones en aquellos más destacados con un concurso que premia el mantenimiento de una tradición y una forma de vida en esta ciudad.Del 4 al 16 de mayo, en el denominado Festival de los Patios, se suceden las actuaciones flamencas, de canción española y danza, cada noche en lugares destacados como los jardines del Alcázar de los Reyes Cristianos o la plaza de San Agustín, o en monumentales patios como el del Zoco municipal o el de la Casa de las Campanas.

Para la edición del concurso de este año se han presentado un total de 52 patios a los que hay que añadir 17 que estarán fuera de concurso. Aunque todos ellos se reparten por la ciudad, hay barrios en los que la densidad de patios en mayor, como ocurre con San Lorenzo o San Basilio. Durante las noches que dure el concurso, todas estas calles viven un constante bullir de animación.

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Ruta y tabernas

El objetivo no es otro que recorrer una ruta que comprenda mayor o menor número de patios para admirarlos en su interior y amenizar el trayecto con las preceptivas paradas en las tabernas que salen al paso del caminante.

Los patios son pequeños reductos del urbanismo tradicional cordobés que conservan la esencia del ámbito doméstico. En algunos casos continúan formando parte de casas de vecinos; en otros, el éxodo a la periferia motiva que sus únicos inquilinos sean personas de avanzada edad.

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La constante en todos los patios es la profusión de flores y macetas colgadas de las paredes como si fuesen jardines verticales. La variedad de especies y lo minucioso de su cuidados son los aspectos que más sorprenden al turista. Además, junto al componente vegetal, el encanto del patio se completa con otros elementos como puede ser el pozo, la pila de lavar, el arriate, etcétera.

Ninguna persona encargada del mantenimiento de un patio se atreve a hacer un cálculo, por aproximado que sea, del número de horas que se necesitan de trabajo para que todo esté a punto cuando llega el mes de mayo. Todas coinciden en que es un trabajo constante, de todo el año, que en las semanas previas requiere, a ser posible, de la participación de otras que ayuden a dar los últimos retoques.

En estos días, las puertas de los patios permanecen abiertas hasta bien entrada la noche. En cualquiera de ellos se puede encontrar sin dificultad un vecino que nos enseñe a distinguir la gitanilla del geranio, o a conocer otras especies casi en vías de extinción -y que siempre han estado tan vinculadas a los patios de Córdoba- como las palmiras, los juncos, el mundo-doble, los dompedros, etcétera, y que se sustituyen por plantas foráneas.

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