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El Gobierno se opone a la fusión de Telefónica con la compañía pública holandesa KPN

El Gobierno español se opone, en principio, a la fusión de Telefónica con la operadora de telefonía KPN, controlada en un 43% por el Estado holandés. Fuentes de Economía han asegurado que el departamento de Rodrigo Rato "ve muy difícil" la integración de ambos grupos, ya que convertiría al Estado holandés en el primer accionista de la mayor empresa española y podría perjudicar a la competencia. Economía, que puede vetar decisiones estratégicas en Telefónica, esperará a conocer el acuerdo que hoy adopte el consejo de la operadora sobre la alianza.

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"Vigilancia especial" sobre Juan Villalonga

Las negociaciones entre KPN, participada en un 43% por el Estado, y Telefónica, en la que el Gobierno tiene aún derecho de veto sobre determinadas decisiones, se han precipitado en los últimos días. De hecho, el Consejo de Administración previsto para hoy, en el que están representados el BBVA y La Caixa, se convocó telefónicamente a última hora del pasado lunes cuando muchos de sus miembros aún no habían regresado del puente del Primero de Mayo.Inicialmente, Telefónica y KPN señalaron que las conversaciones se orientaban a la explotación conjunta de la nueva telefonía móvil multimedia (UMTS) e Internet, que podía conducir a la creación de una compañía conjunta (60% de Telefónica y 40% de KPN) para estos segmentos. Sin embargo, la buena acogida que dispensó la Bolsa a las negociaciones (Telefónica subió el pasado martes un histórico 9,23%, aunque ayer se quedó en el 0,15%), animó al presidente de Telefónica, Juan Villalonga, a plantearse la integración total.

El Ministerio de Economía, sin embargo, "ve muy difícil la operación" y considera que el mensaje que se lanza desde Telefónica "no está nada claro". En el departamento del vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, desconfían de una operación que puede dejar al Estado holandés como primer accionista de la mayor empresa española. "No entra en el libre juego de las empresas y podría conculcar la competencia en el sector", aseguran en Economía, muy sensibilizados por la igualdad de oportunidades del sector.

Según se va a exponer hoy al consejo, la operación supondría la fusión de ambas empresas en un sólo grupo en el que los actuales accionistas de la empresa española conservarían el 60% y los de KPN, el 40% restante. Telefónica se ha valorado en unos 75.000 millones de dólares (13,5 billones de pesetas) y KPN, en cerca de 53.000 millones de dólares, según fuentes de la compañía española. La fusión diluiría la participación actual de BBVA (actualmente por encima del 8%) y de La Caixa (5%) hasta cerca de un 6% y un 4%, respectivamente, y dejaría al Estado holandés con entre el 14% y el 17%.

Éste último aspecto es el que más preocupa al Gobierno, que ha aireado la privatización de Telefónica (se consumó en febrero de 1997) y la liberalización del sector como ejemplo de su política económica. "¿Para qué se ha recorrido este camino si ahora Telefónica queda en manos de otro Estado?", se preguntaban ayer en Economía. Otro de los aspectos que preocupan es la posibilidad de que la sede de la nueva sociedad, que se articulará como un holding con participaciones en móviles, Internet, transmisión de datos y telefonía fija se ubique en Holanda, donde los artífices del plan consideran que obtendrán más ventajas fiscales.

El Gobierno conserva la llamada acción de oro, un mecanismo que permite al Ejecutivo vetar decisiones estratégicas en Telefónica u operaciones que supongan la toma de más de un 10% en la operadora. Este mecanismo no es bien visto por Bruselas, por lo que el desenlace final de la operación depende en gran medida del apoyo que le presten hoy sus accionistas de referencia (BBVA y La Caixa). Economía ha advertido de que esperará a conocer los términos del acuerdo para tomar una decisión.

Fuentes del entorno de Villalonga reconocen que el presidente de Telefónica se plantea la fusión como un órdago tanto al núcleo de referencia como al Gobierno, que en los últimos meses han cuestionado varias de sus decisiones (el plan de opciones para directivos por 75.000 millones y la compra de la productora de televisión holandesa Endemol por un billón). Si sale adelante, Villalonga convertirá a Telefónica en una de tres grandes operadoras de móviles de Europa y la séptima por valor en Bolsa (unos 25 billones de pesetas). Si se frena, su continuidad en Telefónica estará más en entredicho que nunca, pero no se le podrá cargar a él la responsabilidad.

Otro punto de la posible fusión que fortalecería a Villalonga es la creación de un nuevo consejo en el que cada parte aportaría un 50% de los miembros. Actualmente, el BBVA cuenta con cuatro consejeros. Dos de ellos son vicepresidentes. La Caixa tiene dos y uno de ellos vicepresidente. Para convencer a sus socios, Villalonga va a enmarcar la fusión con KPN dentro de un acuerdo más amplio con los socios de la operadora holandesa: las estadounidenses QWest, que posee una extensa red de fibra óptica, y Bell South, uno de los grandes jugadores mundiales de móviles.

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