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NEUROCIENCIA Las neuronas que se utilizan poco, envejecen con más rapidez

Un estudio realizado por el Grupo de Investigación de Neurología Molecular de la Facultad de Medicina de la Universitat de Lleida (UdL) ha descubierto que las neuronas que no se utilizan envejecen con más rapidez, un hallazgo que abre nuevos caminos en la investigación de fármacos para el tratamiento de enfermedades degenerativas como el Parkinson, el Alzheimer o la esclerosis lateral amiotrófica.El estudio, que ha sido publicado en el último número de Molecular and Cellular Biology, la revista oficial de la American Society of Microbiology de EE UU, demuestra que las neuronas poco activas tienen una esperanza de vida más corta que las que experimentan una mayor actividad, ya que éstas generan el calcio suficiente para alimentarse de forma autónoma y asegurarse así la supervivencia. El calcio, apuntan los científicos, es capaz de sustituir a las proteínas que necesitan intercambiarse con otras neuronas para seguir funcionando, con lo cual, las más activas pueden prescindir de esa relación y depender sólo de sí mismas para subsistir.

Este descubrimiento, que acaba con el mito de que las células más activas son las que sufren un mayor desgaste, confirma científicamente la teoría de que "un mayor nivel de actividad eléctrica no solamente no representa un mayor desgaste de las neuronas, sino que, por el contrario, es un factor decisivo para garantizar su supervivencia", afirma el doctor Joan Xavier Comella, director del grupo de científicos de cinco países que lleva ocho años desarrollando esta línea de investigación.

Pistas para tratamientos

"Ello significa", añade Comella, "que la actividad regula la supervivencia de las neuronas, dado que, al incrementar su nivel de funcionamiento, se incrementan los niveles de calcio intracelular y éste, a su vez, puede hacerlas independientes para mantenerse vivas durante más tiempo". Comella opina que las conclusiones del estudio ofrecen nuevas pistas a la industria farmacéutica para futuras investigaciones sobre el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson, el Alzheimer o la esclerosis lateral amiotrófica, a las que califica como "verdaderos retos terapéuticos del próximo siglo", ya que a la inexistencia de métodos de curación se suma un aumento constante en la frecuencia de los casos diagnosticados, especialmente de Alzheimer, debido al progresivo envejecimiento de la población en los países desarrollados.

"No hemos encontrado un tratamiento curativo, ya que nuestro objetivo era avanzar en el conocimiento del funcionamiento neuronal, pero creo que hemos contribuido a abrir caminos para la producción de fármacos que pueden alargar la vida de estos enfermos", señala Comella.

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