La comedia china 'La ducha', premiada en San Sebastián, retrata la China actual

El director chino Zhang Yang, uno de los pocos realizadores independientes de ese país asiático, que ha logrado proyectar su cine a nivel internacional, llegó ayer a Madrid para hablar de su segunda película, La ducha, una comedia dramática que refleja las contradicciones entre la China moderna y la tradicional. Precedida de un enorme éxito en su país (se sitúa entre las tres películas con mayor número de espectadores), La ducha podrá verse a partir del próximo 19 de mayo en España, primer país europeo donde se estrena. La película, ganadora el pasado año de la Concha de Plata en la 47ª edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, narra la relación entre un padre y sus dos hijos. Daming es el hijo mayor, que se ha trasladado a una ciudad industrial en busca de fortuna, mientras el padre, regente de un baño público en Pekín, cuida del hijo menor, que sufre retraso mental. Creyendo, por error, que su padre ha muerto, Daming regresa a Pekín, donde redescubre el significado que la cultura tradicional del baño tiene para el vecindario.

Nacido en Pekín hace 32 años, este director comenzó sus pasos en el cine en 1992 haciendo vídeos de rock y documentales para televisión. En 1998 realiza Sopa picante de amor, su primer largometraje, que tuvo buena acogida en China.

Yang explicó el éxito de sus películas porque en ellas aparecen los problemas cotidianos. "Hay un creciente interés del público por verse reflejado en el cine. La gente está cansada de ver películas históricas". Según el director, con el filme muestra cómo los cambios económicos afectan a las relaciones humanas. "El valor del baño, un lugar de encuentro social, se ha ido perdiendo debido al desarrollo. Entonces hay que buscar una armonía entre pasado y presente".

Yang señaló que hacer cine independiente en un país donde todavía hay censura (él renunció a cuatro fotogramas donde aparecían desnudos) es hacer un cine "mucho más vivo".