Los europeos están menos satisfechos que antes con la democracia de la UE
El interés de los ciudadanos europeos por participar en el proceso democrático está estancado, a pesar de los pasos que se están dando en el proceso de integración de la Unión Europea (UE). Así lo refleja el último estudio de opinión pública, el Eurobarómetro del otoño pasado, en el que se analiza, entre otros aspectos, el efecto en la opinión pública de la dimisión de la Comisión Europea presidida por Jacques Santer y el significado de la escasa participación en las pasadas elecciones al Parlamento Europeo.
Los españoles son los ciudadanos europeos más satisfechos con el funcionamiento democrático de la UE. Cuatro de cada 100 ciudadanos de la UE se sienten exclusivamente europeos, y en ocho de los 15 países que integran la Comunidad Europea, la mayoría se siente europeo: Luxemburgo, Italia, España, Francia, Bélgica, Holanda, Austria y Alemania. No son datos nuevos, pero sí significativos, porque los pasos que se están dando para avanzar en el proceso de construcción europea parecen no tener calado entre la población, a las puertas de la ampliación y a menos de dos años de la consolidación de la moneda única con la puesta en circulación del euro.
La crisis institucional que surgió con la dimisión de la Comisión de Santer por denuncias de corrupción y el conflicto de Kosovo fueron los dos hechos más significativos del año pasado. Según el estudio realizado por el Eurobarómetro, la crisis institucional apenas ha tenido un impacto negativo en la opinión pública europea. Los ciudadanos confían en la Comisión Europea ahora más que en la primavera pasada (45%), y el Parlamento Europeo, con el 53%, sigue siendo la institución mejor vista por los ciudadanos en los Quince. "La dimisión de la Comisión en marzo ha demostrado que hay sistemas que garantizan que la UE trabaja en una dirección democrática", afirma el informe.
Pero, a pesar de todo, el índice de satisfacción de los ciudadanos europeos con el funcionamiento de la democracia en la UE registró una ligera caída, del 42% en primavera al 40% en otoño. El 4% de los europeos encuestados se declaró muy satisfecho -dos puntos menos que en primavera-; el 36%, bastante satisfecho -no varía-, y el 29% no está muy contento -dos décimas más que en el semestre anterior-. El 11% de los europeos se declaró en otoño descontento por completo por cómo funciona la democracia en la Unión Europea.
Por países, son los españoles (59%) y los irlandeses (58%) los que más satisfechos se mostraron por la manera en la que el proceso democrático funciona en la Unión Europea, seguidos por portugueses (52%) y luxemburgueses (49%). Dinamarca (32%), el Reino Unido (31%) y Suecia (28%) fueron los países donde los ciudadanos se mostraron menos satisfechos. En todos los países se produjeron descensos, salvo en Portugal, Dinamarca, Austria y Suecia. En estos dos últimos subió el índice de satisfacción 10 y nueve puntos, respectivamente. En Bélgica se mantuvo estable. Las caídas más significativas fueron en Luxemburgo y Holanda, entre 11 y siete puntos.
También descendieron los niveles de satisfacción de los ciudadanos europeos hacia el funcionamiento de la democracia en sus respectivos países. Si se comparan con los datos de primavera, concretamente de un 60% a un 56%. Los holandeses (77%) y los daneses (75%) son los que están más contentos con sus sistemas democráticos, seguidos por austriacos (69%) y españoles (68%), frente a portugueses (56%), griegos (53%) e italianos (27%), el único país de la UE donde más de la mitad de los ciudadanos se declaran escépticos. El punto negro de la encuesta en lo que a democracia se refiere es la falta de confianza que declaran los ciudadanos hacia los políticos europeos. Ésta es la principal razón que los encuestados utilizan como argumento para explicar su desinterés por el proceso democrático y que explica la escasa participación que se registró en las pasadas elecciones europeas, de junio de 1999.
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