El milagro de la libertad
El Miércoles Santo en Málaga es día de milagro. Es así: el Miércoles Santo, milagro. Al menos eso le parece cada año al preso que libera tradicionalmente Jesús El Rico desde que Carlos III otorgó en 1759 a su cofradía el privilegio de conceder un indulto el día de su procesión. El gesto del monarca respondía al que tuvieron los presos que había ese año en la cárcel de Málaga. En 1759 la procesión estuvo a punto de no salir porque una epidemia de peste había diezmado a los portadores del trono. Los reclusos se ofrecieron a sacar la imagen con el compromiso de regresar después a la cárcel, y así lo hicieron.Ayer, el que se benefició de este gesto fue un joven de 24 años que estaba condenado a cuatro de cárcel por robar con 20 años 2.000 pesetas a punta de navaja. El acto multitudinario de la liberación se celebró al atardecer, con un cielo limpio y radiante para alivio de los cofrades. También lucieron sin problemas las procesiones de la Paloma, la Sangre, los Salesianos, las Fusionadas y la Expiración.
Hoy, si el tiempo lo permite, se desarrollará la jornada procesional más populosa de la Semana Santa malagueña. Comenzará por la mañana, con la llegada al puerto de Málaga de los legionarios que participarán en el desfile de la cofradía de Mena. A primera hora de la tarde estará en la calle la Hermandad de Viñeros, con sus enseres procesionales cuajados de racimos de uva. También es el día de las procesiones percheleras de la Misericordia, Zamarrilla y la Esperanza, que pasa sobre una alfombra de romero tendida para ella.
La de Zamarrilla es una cofradía cargada de leyenda. Su Virgen de la Amargura lleva en el pecho una rosa roja que, cuentan, le clavó un ladrón que se ocultó bajo su manto cuando huía de los guardias. Los guardias no lo encontraron y él, en señal de agradecimiento, tomó una de las rosas blancas que adornaban a la imagen y se la clavó con su puñal en el pecho. Cuentan que la Virgen de la Amargura sangró y tiñó la flor de rojo. El ladrón, que se llamaba Zamarrilla, se arrepintió de sus correrías y cambió de vida.
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