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El hepatólogo Carreño mantendrá los fondos de la UE, pese a su despido La Jiménez Díaz acepta que el investigador siga con su proyecto

El despido el lunes del jefe del servicio de hepatología de la Fundación Jiménez Díaz (FJD), Vicente Carreño, investigador de primera fila mundial en enfermedades hepáticas, no le impedirá continuar al frente de un proyecto europeo para encontrar una vacuna contra la hepatitis C. Fernando Martín Calderín, director médico de la Jiménez Díaz, se mostró ayer dispuesto a que Carreño "se lleve el trabajo y el dinero a donde quiera".

La investigación sobre una vacuna para la hepatitis C, la variedad más lesiva de la enfermedad, no "encontrará inconvenientes" por parte de la Fundación Jiménez Díaz, la entidad española que iba a participar en el proyecto. Vicente Carreño, un especialista en la enfermedad que ya dirigió en 1998 el trabajo que demostró cómo infectaba el virus de la hepatitis C al hígado, podrá seguir siendo el responsable del trabajo, pese a su despido, aseguró Martín Calderín, quien reconoció que, "debido a la movida del despido", no sabía exactamente en qué situación estaba el proyecto.La UE financia la investigación con 1,4 millones de euros (233 millones de pesetas para tres años), de los que 55 millones son para el socio español. Con él colaboran el Instituto Karolinska de Suecia y la Universidad de Gante (Bélgica). El centro sueco es el encargado de iniciar la investigación y de la creación de los prototipos. El belga los experimentará en ratones y la Fundación Jiménez Díaz era la responsable de las últimas pruebas, las que deberían hacerse en humanos, según un científico del equipo.

Martín Calderín se mostraba ayer mucho más interesado en resaltar que "la atención a los pacientes será absolutamente normal", pese al despido del jefe del servicio y de la rescisión del convenio con la Fundación para el Estudio de las Hepatitis Virales (FEHV), que preside Carreño, el pasado 31 de enero.

Aparato digestivo

"Los responsables de la atención serán los miembros del servicio de aparato digestivo y el personal de hepatología que continúa trabajando", aseguró Martín Calderín al ser preguntado por la situación del hospital de la Concepción, el centro sanitario que depende de la Fundación Jiménez Díaz y que tiene concertado con el Insalud la atención de gran parte de la población de los distritos del centro de Madrid.

El hepatólogo fue despedido, según el director médico de la FJD, porque envió "cartas amenazantes al patronato de la fundación" y puso una denuncia en el Colegio de Médicos contra él después de que la FJD cancelara el convenio que tenía desde 1995 con la fundación de Carreño.

Martín Calderín, además de señalar el carácter "autónomo" del médico despedido, indica que la razón de la rescisión con la fundación de Carreño fue "principalmente" económica. "Con el convenio se estaba beneficiando la otra fundación, no la nuestra", afirma. "Un buen investigador aporta más de 300 millones en ayudas a la FJD; la fundación de Carreño, sólo ha aportado 16 millones en cuatro años".

Por su parte, Carreño cree que el fin de la colaboración entre ambas fundaciones se debe a la "persecución" a que ha sido sometido. "El patronato jamás nos ha querido escuchar", se lamenta, y dice que no está de acuerdo en que el servicio hospitalario no se vaya a resentir por la medida: "Es muy difícil sustituir un equipo como el mío, que se ha formado durante 20 años y en el que cinco especialistas se dedicaban exclusivamente a la atención sanitaria". Tampoco está de acuerdo con las cuentas presentadas por el director médico. "Desde 1995, unas 20 personas de mi fundación han estado trabajando en la Jiménez Díaz sin que les hayan costado un duro, mientras que a nosotros nos han costado 50 millones al año", afirma. Parte de este personal, que dependía directamente de Carreño, ve ahora peligrar sus puestos de trabajo, según Juan Antonio Quiroga, químico del equipo de Carreño.

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