"Transferir el Consejo del Poder Judicial a Euskadi sería muy positivo"

Inigo Madaria Azcoitia (Orduña, Vizcaya, 45 años) ha sido nombrado presidente de la Audiencia Provincial de Álava en medio de la misma discreción que le ha caracterizado durante toda su carrera profesional. Casado y con tres hijos, ha trabajado los últimos nueve años a la sombra de su antecesor, Juan Saavedra, después de haber desarrollado su actividad jurisdiccional en juzgados de Canarias, Burgos, Bergara y Vitoria, en donde llegó a ser juez decano. Fue miembro de la sala de lo contencioso del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, y se ha mantenido siempre al margen de las asociaciones profesionales, conformando una imagen exterior de magistrado hermético, alejado de las "familias" ideológicas y de la política.Pregunta. Que sólo cuatro magistrados de Vitoria presentaran candidatura a la presidencia, ¿habla de reticencias fuera del País Vasco respecto a estas plazas?

Respuesta. No me parece que sea una cosa extraordinaria el que sólo se hayan presentado cuatro aspirantes. A veces la propia posición de los candidatos hace desistir a otros, que no ven posibilidades. Puede ser que las audiencias vascas sean menos atractivas para candidatos de fuera, pero lo habitual es que se presenten magistrados del entorno. Son cuestiones coyunturales que dependen del momento.

P. Usted ha mencionado que no cree que exista miedo entre los jueces que trabajan en el País Vasco por el problema de la violencia terrorista.

R. Los jueces tendrán, como todos los ciudadanos, sus recelos, sus miedos y sus cautelas, pero no creo que sea un colectivo que tenga una singularidad en ese aspecto. Nadie está libre de que le alcance alguna consecuencia de la violencia.

P. ¿Cree que existe una suficiente transparencia de la Justicia hacia la opinión pública?

R. No entiendo que se cuestione la transparencia judicial. Si alguien encuentra alguna administración en la que todos sus actos sean públicos, diré si la Administración de Justicia es transparente de un modo comparativo. Los ciudadanos pueden asistir a los juicios, y luego hay que justificar las sentencias a través de razonamientos.

P. Usted no está asociado a colectivos profesionales ni tampoco se le conoce una afinidad ideológica.

R. Más de la mitad de los jueces no están asociados y eso no significa nada. No he sentido ninguna necesidad de hacerlo. Forma parte de mi propia actitud ante la profesión. Ser juez es aplicar una ley que ya está hecha y su interpretación tiene un ingrediente técnico muy alto. Se puede hacer una abstracción de las ideas y de la actitud ante la vida.

P. ¿Es partidario de órganos de poder de los jueces de carácter autónomico?

R. Es el actual caballo de batalla en el proceso de organización de la Justicia. Todas las administraciones son susceptibles de transferencia y también el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). La existencia de órganos de poder judiciales autonómicos sí puede ser una solución ya que se lograría agilidad e inmediatez. Esos órganos podrían tener cierto margen de maniobra en nombramientos, aunque hay una disposición constitucional que determina que el Podeer Judicial es único. Lo que no sería lógico es que al transferirse la decisión sobre nombramientos recayese en un órgano ejecutivo.

P. ¿Cuál es su visión de la actuación del Departamento de Justicia?

R. Ha acertado en diseñar un plan integral muy ambicioso en su día que lo va cumpliendo a pesar del cambio de los gobiernos, aunque surgen problemas diarios como en todas partes.

P. El euskera se ha convertido en un problema que ha generado división en la judicatura del País Vasco.

R. Sobre el euskera no hay que hacer un conflicto, hay que buscar soluciones. En el ámbito de la administración de Justicia no debe ser diferente el planteamiento que en el resto de administraciones. Sin embargo, no sé por qué razón, las reclamaciones aquí se han hecho de diferente forma. Hay una ley de normalización que es perfectamente aplicable. Es la forma razonable de solucionar el problema. Yo creo que no hay ningún rechazo de los jueces hacia el euskera y muchos de ellos lo aprenden de una forma voluntaria porque no hay fecha de preceptividad.