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La Semana Santa enfrenta a la Iglesia y al Gobierno de Cuba

Las crecientes tensiones que desde hace meses lastran las relaciones entre la Iglesia católica cubana y el Gobierno de Fidel Castro han estallado en vísperas de Semana Santa. El motivo ha sido la celebración de procesiones en la calle, un espacio que la Iglesia había ganado tras la visita del Papa a la isla en enero de 1998. Los obispos informaron el lunes que las autoridades les habían hecho saber que este año no autorizarían las peregrinaciones de Pascua, algo que fue desmentido horas después por un portavoz oficial."Hay algunos lugares donde las solicitudes realizadas para hacer procesiones de Semana Santa se desestiman", reconoció el portavoz de la Cancillería cubana, Alejandro González, "pero eso es un proceso normal. Siempre que hay solicitudes, se analizan; algunas se aprueban y otras, no". "Yo tengo información", agregó González, de que "hay procesiones solicitadas que están siendo valoradas favorablemente por las autoridades de cada territorio".

La Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, sin embargo, emitió ayer un comunicado que pone en evidencia el mal momento que atraviesan sus relaciones con el Estado: "Como fue informado ayer 10 de abril, las autoridades civiles en las distintas diócesis del país habían comunicado que por esta ocasión no habría procesiones especiales de Semana Santa. También ayer, al final de la tarde, la Oficina de Asuntos Religiosos hizo saber que "están autorizadas las procesiones en La Habana, Cienfuegos, Camagüey y en otros lugares que habían solicitado el permiso ordinario para celebraciones públicas en calles y plazas".

En otro momento, el incidente quizá no tendría mayor relevancia, pero sí ahora, cuando el deterioro de las relaciones es notorio. A juicio de un diplomático europeo, "es, sin duda, el momento más bajo en las relaciones entre la jeraquía católica y el Estado desde que vino el Papa".

La suspensión de las procesiones, que sólo duró horas, fue interpretada por observadores extranjeros como un reflejo de las tensiones entre Iglesia y Estado, agravadas por el caso Elián.

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