El exilio cubano se resigna a devolver a Elián
El Gobierno de EEUU apretó ayer las tuercas a los parientes exiliados en Miami que cuidan de Elián González desde noviembre, obligando a Lázaro González, tío abuelo del niño balsero y su tutor desde finales de noviembre, a reunirse en Miami con el mismo trío de psiquiatras y psicólogos que el día anterior se habían entrevistado en Washington con Juan Miguel González, el padre.El Departamento de Justicia ultimó también la redacción de una carta que establece hora, día y lugar para la transferencia de Elián al padre. Esa transferencia debe producirse, según el deseo del Gobierno, esta misma semana, entre el miércoles y el viernes.
En el exilio cubano dominaba ayer un sentimiento de derrota debido a la fortaleza que ha adquirido la posición del Gobierno norteamericano. Ante el decaimiento que se registraba en Miami, las autoridades federales confiaban en que ya no sea necesaria una acción de fuerza para devolver a Elián a su padre.
De hecho, la cadena de televisión NBC aseguraba anoche que Juan Miguel está dispuesto a desplazarse a Miami para recoger al niño "en terreno neutral". Sin embargo, la misma información asegura que pone como condición la concesión de visado para las 27 personas que, en un principio, debían viajar con él a EE UU (el Gobierno norteamericano concedió sólo cinco). De lo contrario,volvería a Cuba con Elián en cuanto se reúna con él. A este respecto, James Rubin, portavoz del Departamento de Estado, insinuó anoche la posibilidad de ampliar la concesión de visados para la delegación cubana.
"La tensión se está transformando en la paz y tranquilidad de saber que se ha hecho todo lo humanamente posible", dijo Ileana Ros-Lehtinen, congresista republicana de origen cubano y aliada del exilio. "Lázaro González siempre ha dicho que cumplirá las leyes de EE UU, aunque le parece moralmente repugnante entregar el niño a Castro", declaró su abogado, Roger Bernstein.
El elemento decisivo es la presencia en territorio estadounidense de Juan Miguel González, que está convenciendo a sus interlocutores de la sinceridad de su deseo de recuperar a su hijo.
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