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La mujer que traspasó el muro

Pilar Bonet

Angela Merkel, la hija de un pastor protestante nacida en Hamburgo en 1954 y trasladada a la RDA cuando era un bebé de varios meses, se refirió ayer en varias ocasiones a su biografía de alemana en el Este durante la hora larga en la que se dirigió a sus compañeros de partido. La presidenta de la CDU, que fue investigadora física en la Academia de Ciencias de la RDA, no hizo ninguna referencia íntima, sino que se limitó a evocar la falta de libertad, el sueño imposible de viajar a América antes de llegar a la jubilación, la falta de esperanza de que las tropas soviéticas abandonaran el territorio alemán, el destino de los libros de Solidarnosc que le confiscaban en la frontera con Polonia. Quien ha vivido todo eso, dijo, sabe lo importante que es "consolidar las estructuras contra la dictadura".Tras implicarse en la actividad política tras la caída del muro de Berlín en 1989, Merkel fue viceportavoz del primer Gobierno democrático de Lothar de Mazière, tras las elecciones de marzo de 1990. En agosto ingresó en la CDU y aquel mismo año obtuvo un escaño en el Bundestag (Cámara baja del Parlamento federal).

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Kohl la protegió de forma paternal. Durante dos legislaturas seguidas, fue ministra de su Gobierno, primero como responsable de la cartera de Mujer y Juventud y luego como responsable de Medio Ambiente. Tras la derrota electoral de 1998, Merkel fue elegida secretaria general de la CDU.

En este cargo trabajó de forma muy compenetrada con Wolfgang Schäuble, el presidente de la CDU al que ayer relevó. Al estallar el escándalo de las cuentas clandestinas, se atrevió a romper con Kohl públicamente en un polémico artículo con el que se puso a la cabeza del cambio generacional.

Merkel, que no ejerce de feminista, es una persona contenida, que trata de dejar que los acontecimientos sigan su curso. Su discurso es equilibrado, integrador y respetuoso, cosa que se ha puesto de manifiesto incluso en los peores momentos de su relación con Kohl.

A Merkel le gustan las óperas de Wagner y el actor Robert Redford. No tiene hijos y en 1998 se casó en segundas nupcias con el químico con quien había mantenido una larga relación de fin de semana entre Berlín y Bonn. Ayer, cuando se anunció el espectacular resultado obtenido, Merkel estaba recibiendo felicitaciones en el escenario y de repente, como si se hubiera acordado de algo, echó a correr hacia el micrófono, no con su paso firme habitual, sino dando saltitos, moviendo los brazos como si fueran alas para agradecer al congreso que la hubieran elegido. Y entonces, viéndola tan contenta, algunos se acordaron de que Angela Merkel había sido de pequeña una niña muy aplicada.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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