180 agentes patrullarán los fines de semana las zonas de ocio de Barcelona
A partir de este fin de semana, las zonas más conflictivas de ocio de Barcelona estarán controladas por 180 agentes de las fuerzas de seguridad del Estado. La vigilancia se acentuará entre las 3.00 y las 7.00 horas. La operación es una respuesta inmediata de las administraciones al crimen que el sábado pasado costó la vida en la Villa Olímpica a Carlos Javier Robledo Peña, de 22 años y vecino de Santa Coloma de Gramenet, que fue golpeado por un grupo sin que aparentemente mediara provocación alguna.
El incremento del control policial en las zonas de ocio es la principal medida de la Operación After-Hours, presentada ayer por la delegada del Gobierno en Cataluña, Julia García-Valdecasas. El anuncio se hizo tras una reunión de la junta de seguridad en la que participan diversas administraciones.La Operación After-Hours tiene como objetivo, entre otros, fomentar la coordinación de las brigadas de la Jefatura Superior de Policía especializadas en tribus urbanas, información, menores y extranjería, la judicial y la de intervención rápida. En la operación participarán también la Guardia Urbana de Barcelona y los Mossos d'Esquadra, aseguraron ayer Carme San Miguel, concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona, y Xavier Pomés, consejero del Interior del Gobierno catalán.
Este último insistió en que "no se trata de crear ahora una ciudad policial ni una ley seca, lo único que se pretende es garantizar la seguridad y la tranquilidad de todos los ciudadanos". En este sentido, Julia García-Valdecasas advirtió: "Los clientes de las zonas de ocio no van a ver a los 180 agentes, puesto que muchos pasarán inadvertidos".
Además del control policial, la Operación After-Hours supondrá un incremento de los controles administrativos a los locales de ocio, en concreto respecto a los horarios de cierre y el aforo de las salas. La ley obliga a que los bares musicales cierren sus puertas a las tres de la madrugada, y las discotecas, a las cinco. Sin embargo, el joven asesinado el sábado había salido a las siete de la mañana de la discoteca Back Fire, situada en el Puerto Olímpico, un local que, según Pomés, "tiene abiertos dos expedientes sancionadores por incumplir los horarios".
Carme San Miguel aportó ayer datos sobre los controles administrativos realizados por la policía local en Barcelona durante 1999. El año pasado se presentaron 1.887 denuncias contra salas de ocio, de las cuales 1.250 tenían como motivo el incumplimiento de los horarios.
Actualmente en Barcelona hay 194 expedientes de este tipo en fase de instrucción. En 1999 el Ayuntamiento obligó a cerrar temporalmente 17 locales y de forma definitiva 23. Y otros 29 establecimientos están en estos momentos pendientes de que se les aplique en breve un cierre temporal, que puede ir desde tres meses hasta un año, dependiendo de las infracciones que haya cometido cada propietario. El proceso de cierre es muy largo y los propietarios pueden dilatarlo a base de recursos judiciales. La alcaldesa de Santa Coloma, la socialista Manuela de Madre, insistió ayer en que la única solución es la justicia rápida.
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