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Milosevich presenta 'Los tristes y los héroes', "relato histórico serbio para uso de españoles"

La socióloga serbia afincada en España Mira Milosevich y el ensayista vasco Jon Juaristi coincidieron ayer en afirmar que no existen paralelismos entre el nacionalismo serbio y el vasco. Un almuerzo, celebrado ayer en Madrid, para presentar el libro de Mira Milosevich, Los tristes y los héroes. Historias de nacionalistas serbios, de la colección Espasa Hoy, sirvió de ocasión para un amplio debate sobre la situación en Serbia, Kosovo y la antigua Yugoslavia. En la nota de prensa de Espasa se informa de que Milosevich reconoce ya desde el subtítulo su deuda con El bucle melancólico, de Jon Juaristi.En el prólogo del libro, Juaristi afirma que la semejanza se limita "al método de contar la historia de un nacionalismo a través de historias de nacionalistas, de semblanzas de los protagonistas de un nacionalismo que tiene nombres y apellidos". Según Juaristi, "no hay otra similitud entre mi ensayo y el de Mira Milosevich, que ha sabido desarrollar una visión original y propia del nacionalismo serbio a partir de su experiencia personal de luchadora por la paz y por la democracia contra el régimen poscomunista de Slobodan Milosevic y el nacionalismo de sus sedicentes opositores, y a partir también de su voluntario exilio en España". Añade Juaristi que, como "buena conocedora del nacionalismo vasco, sabe perfectamente que no hay más relación entre éste y el nacionalismo serbio que la tendencia de todo nacionalista a mitificar en clave heroica sus derrotas". En la discusión, Milosevich insistió en esta idea y dijo que "el Estado español es legítimo, y mientras exista va a regir la ley. No veo una explosión como en Yugoslavia".

Durante el almuerzo, un periodista relató una anécdota sobre la similitud de nombres entre la autora y el presidente de Yugoslavia: en la sesión constitutiva de ayer del Congreso, el presidente de Gobierno, José María Aznar, hojeaba el libro de Mira Milosevich. Una agencia de prensa informó que Aznar leía una obra del presidente de Yugoslavia. Nada más lejos de la realidad. No parece probable que Milosevic, si llegase a leer el libro de su tocaya, se sintiese feliz con sus tesis sobre el nacionalismo serbio.

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