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La policía multa a los 40 bares de Huertas que se rebelaron contra la hora de cierre

La Policía Municipal castigó con contundencia en la madrugada de ayer la rebeldía de los bares de copas de Huertas contra la Ley Regional de Espectáculos Públicos. Los agentes peinaron la calle de Huertas de local en local y abrieron acta a todos aquellos establecimientos que desacataron la ley intencionadamente y cerraron a las seis de la madrugada. La asociación de hosteleros de la zona calificó la protesta como "un éxito" por entender que quedó demostrado que el ruido está en la calle y no en los bares. Los vecinos mantienen su postura de que hay que respetar la ley.

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Un motín "tranquilo"

La batida policial arrancó a las cuatro de la madrugada en los locales de la esquina de la calle de Huertas con la de Jesús de Medinaceli (distrito de Centro). Los agentes entraron en los bares para preguntar al propietario si tenía abierto el local. Si la respuesta era afirmativa, que la fue en unos 40 casos, un policía solicitaba la documentación del local y abría un acta de inspección.En el documento municipal, el agente anotaba la hora de la inspección, si el local estaba lleno o vacío y si tenía doble puerta o no, entre otras cosas. "¿Ya estás haciendo a éste?", le preguntaba un policía o otro que tomaba notas a las 4.15. "Si ya le tengo", respondió. "Pues sigo para adelante, al siguiente bar", afirmó el agente, que, apenas unos metros calle arriba, se quitó la gorra para entrar en otro bar de copas (La Fontanería) y no llamar la atención. No lo logró. Los jóvenes del local comenzaron a proferir insultos contra él. Lo más suave que le dijeron fue: "¡Lárgate de aquí, fascista!".

Algunos miembros de la Asociación de Hosteleros de Huertas llamaron la atención a los jóvenes y les rogaron con éxito que no interfirieran en el trabajo de la policía.

En el bar Claxon, un agente intuyó que el volumen de la música excedía el número de decibelios autorizado. Y pidió refuerzos. Llegó un policía armado con un audiómetro. Cuando salió del local dijo: "Marca -el sonómetro- 95 decibelios, y este bar no puede emitir más de 82, aproximadamente". La información quedó anotada en el acta policial. El propietario del local les contestó: "Ese aparato no está homologado y, por tanto, no tiene validez alguna".

El bar La Boca del Lobo, el que más denuncias tiene por cerrar tarde, sumó otra más.

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