Comienza el juicio contra cuatro agentes por la muerte de un etarra que cayó desde una ventana
Un tribunal de la Audiencia de Vizcaya juzga a partir de hoy a cuatro agentes del Cuerpo Nacional de Policía procesados por supuesta imprudencia temeraria profesional con resultado de muerte por el fallecimiento del etarra Xabier Kalparsoro, Anuk, el 26 de septiembre de 1993 tras haber caído, dos días antes, desde la ventana del segundo piso de la Jefatura Superior de Policía de Bilbao, en la que se encontraba detenido.El fiscal no ha presentado cargo alguno contra los encausados: Manuel Álvarez, Celestino Miranda, Carlos Cordero y Mauricio Pastor, jefe de la Brigada de Información, inspector de servicios, secretario e instructor de las diligencias, respectivamente, en el momento de los hechos. Pero la acusación particular, ejercida por la familia de Anuk, la Asociación contra la Tortura y el Ayuntamiento de Zumaia, solicita seis años de prisión menor e igual tiempo de inhabilitación profesional para cada uno de ellos.
Durante la vista, que se prolongará al menos tres días, se prevé que declaren 70 personas, entre testigos, peritos y personal sanitario.
Anuk fue detenido por la Policía Municipal de Durango a las 20.30 horas del 23 de septiembre de 1993 cuando intentaba robar una furgoneta. Ya en la comisaría, se le incautó una pistola con una bala en la recámara y ocho en el cargador. En su declaración se identificó como "liberado [a sueldo] de ETA". El juez de la Audiencia Nacional, Carlos Bueren, decidió que fuera puesto a disposición del Cuerpo Nacional de Policía. Pocos minutos antes de las tres de la madrugada del día 24 y cuando se encontraba en el segundo piso de la comisaría de Indautxu, el etarra cayó desde una ventana situada a ocho metros de la calle. Herido de gravedad, fue trasladado al hospital de Basurto, en el que murió.
Especial crispación
La muerte de Anuk se produjo en un momento de especial crispación, ya que dos días antes había fallecido en los calabozos de la Guardia Civil en Tres Cantos (Madrid) -por causas naturales, según la autopsia- la presunta colaboradora de la banda terrorista Gurutze Yanci. Las manifestaciones y los actos de protesta por ambos episodios se sucedieron en el País Vasco, donde incluso se llegó a convocar una huelga general.
El proceso judicial contra los cuatro agentes ha sido largo y complejo. En diciembre de 1993, el Juzgado de Instrucción número 1 de Bilbao archivó las diligencias al no existir indicios de criminalidad en su actuación, ya que el cuerpo de la víctima "no presentaba lesiones" que hicieran "presumir que hubiera [habido] maltrato físico", por lo que, se concluía, los motivos de Anuk para tratar de huir no se les podían imputar.
Confirmado en principio el archivo de las diligencias, la Sección Cuarta de la Audiencia de Vizcaya admitió, tras sucesivos recursos, "la posible comisión [por parte de los agentes] de un hecho constitutivo de imprudencia en cualquiera de sus modalidades".
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